Cruz Ruiz

«Realmente soy electrónico de formación, pero dejé la ingeniería hace más de veinte años para irme a la comercial»

El juego es, a su manera, una especie de Fórmula 1 de los sectores económicos: muchos avances se crean por y para esta industria para luego recalar en otros ramos. Y ese es el caso de los cajeros automáticos para salones, que ya son fácil de ver en farmacias, estancos y establecimientos de hostelería. Cruz Ruiz, socio fundador de Gistra, es el padre de esta idea.

La difusión de estos aparatos la explica el propio creador: «Es, en primer lugar, una medida de seguridad; el dinero nunca queda expuesto, y cuanto menos acceso tengan los empleados al efectivo menos peligro corren. Pero además, hace un año hemos sacado un sistema de control que va relacionado con el cajero, un sistema de gestión. De hecho, a eso hemos venido aquí, a seguir mostrando nuestro producto [risas]». Pero la gran pregunta es cómo y cuándo se da cuenta de que existe todo un mercado por explotar. Y esta es su respuesta.

«Llevo ya cuarenta años en esto. Empecé como empresario hace treinta y cinco junto con otro socio. La empresa original es Recreativos Ruan, seguimos con ella como operadora. Hará diez o doce años vi que al sector le faltaba un producto: un medio de pago, un cajero. Al principio lo que hago es importar, pero veo que lo que importo es insuficiente. Al ser un profesional del juego me doy cuenta de las deficiencias que tienen rápidamente, sobre todo en lo relacionado con el control de efectivo. No encontraba nada, así que me dedico a fabricar una aquí, en España. Y llevamos fabricándola y comercializándola desde hace ocho años. Y ahí seguimos, sin parar y haciendo más cosas. No es fabricar y ya está, hay que incorporar protocolos, hablar con fabricantes… Al principio todo es llamar puertas, pero con el tiempo y mucho trabajo, ya estamos reconocidos como los números uno en medios de pago». Así contado parece hasta obvio. Pero no, no lo es en absoluto. Detrás del enorme cartel corporativo que decora el stand de Gistra hay horas y más horas de lucha por un producto en el que Cruz Ruiz cree sinceramente.

Natural de Valencia, Cruz Ruiz nos cuenta que como operadores nunca han salido de la Comunidad Valenciana, mas como fabricantes sí trabajan a nivel nacional, «aunque ahora estamos haciendo nuestros pinitos por Latinoamérica». Le preguntamos entonces a qué se dedica cuando no está trabajando: «A trabajar. Es que hago lo que me gusta. Realmente soy electrónico de formación, pero dejé la ingeniería hace más de veinte años para irme a la comercial. Es lo que me gusta y es lo que hago durante todo el día».

Entonces su hijo Jonatan, que trabaja en Gistra, y con él que también tuvimos la ocasión de charlar, se acerca a la mesa donde estamos sentados y le entrega el teléfono móvil que Cruz Ruiz había dejado olvidado en el coche. Veinte llamadas perdidas -literal- son suficientes para que nos demos cuenta de que debemos ir pensando en terminar la conversación. Por eso nos despedimos del fundador de Recreativos Ruan y le dejamos haciendo lo que le gusta: trabajar.

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