Johnny Ortiz

Johnny de Viveiros Ortiz. Presidente de Zitro

Johnny de Viveiros Ortiz. Presidente de Zitro

«España es un país con seguridad jurídica y muy regulado, eso es positivo»

Cuando nos encontramos con Johnny de Viveiros Ortiz (hemos hecho los deberes), sólo conocíamos de él que es el Presidente de Zitro, y poco más. No obstante, pronto nos dimos cuenta de que se trataba de alguien relevante. No por sus maneras, no, pues resulta ser extremadamente cercano y amable. Si de verdad necesitas saber si una persona es importante, no te fijes en él directamente, es mucho más revelador observar a las gentes que la rodean; si el individuo es respetado, buscado y tratado con educación, sabrás que es respetable, importante y educado. Y eso es en esencia lo que sucede con Johnny.

Como pronto fuimos conscientes de que el tiempo con el que contábamos era escaso, no nos andamos por las ramas. Primero nos detalla la historia de su empresa: Zitro se crea en 2007 en España. Su apuesta es clara: imagen y tecnología puntera. Por eso establecen en España un laboratorio de I+D+I en un edificio de más de 12.000 metros cuadrados con un sistema de trabajo parecido al de Google. Hace mucho hincapié en la investigación y el desarrollo, así que le hacemos la pregunta del millón: por qué España. Y una de las razones por las que se establecen en nuestro país es por la seguridad jurídica que ofrece. «España es un país con seguridad jurídica y muy regulado, lo que está muy bien. Pero hay algunos requisitos que retrasan el avance tecnológico».

Hablemos de leyes, pues. Conversar con un empresario acostumbrado a trabajar en el extranjero  sobre nuestras legislación es tan curioso como complicado. Curioso, porque el punto de vista que ofrece es interesante, y más aséptico que el de cualquier español . Y complicado porque si tiene opinión sobre nuestra legislación, es porque la conoce; nosotros, ciudadanos de a pie, sólo sabemos lo justo para desenvolvernos en nuestro día a día. Johnny nos explica que la seguridad es esencial para el negocio, pero también acarrea, en nuestro caso particular, unas trabas burocráticas que entorpecen sobremanera la labor de creación. Con plazos de hasta un año en algunas comunidades para la homologación de una máquina, la regulación sobre el producto también complica aún más las cosas. «Hay comunidades que tardan en homologar un producto un año, es decir, que llega tarde al mercado; debería haber más celeridad. Invertimos en investigación y tenemos parado el resultado encima de la mesa hasta que se nos permite ponerlo en circulación».

«Todo esto mata el avance. Andalucía está en la media, no es la más lenta, pero tampoco la más rápida». Para el Presidente de Zitro, debería reglamentarse el juego, pero no el producto. Pone como ejemplo Estados Unidos: «Las máquinas fuera de España son mucho más alegres. Un país más regulado y meticuloso que Estados Unidos no existe, si haces cualquier cosa que no cumpla la ley, estás fuera, no importa la cantidad de máquinas que tengas. Pero dejan que el producto sea atractivo».

Prudentes con el asunto del tiempo, acabamos la charla. Le pedimos a Johnny Ortiz hacerle unas fotos, a lo que accede inmediatamente. Posa para nosotros con una gran sonrisa, aunque tras el flash la seriedad vuelve a su rostro: la relajación de la conversación se desvanece para dejar sitio a la formalidad del negocio.

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