«Andalucía necesita inversión, no subvención. Tiene potencial por sí sola»
Fidel Azofra es empresario, presidente de AMRA y deportista.
Hace algunos años una conocida marca de coches puso de moda en España las siglas JASP, que significan «Joven, aunque sobradamente preparado». Muchos éramos adolescentes en aquella época (1995), y admirábamos al tipo que salía en el anuncio: un joven de aspecto desaliñado y mirada inteligente, muy seguro de sí mismo que, tras enfrentarse al jefe de turno, corregía al empresario sobre la autoría de una máxima filosófica. «La cita no es de Kant, es de Séneca», decía el buen muchacho.
Ahora hemos crecido, el país ha cambiado y nosotros con él. Es probable que el joven descarado haya cambiado la camiseta por una camisa, y sea el empresario que rechaza a los nuevos JASP. Lo que no decían es que había (y hay) una tipología de JASP que son empresarios, que bien podrían ser modelos para los adolescentes, pero que no tienen tanto gancho para un anuncio enfocado a personas que acaban de cumplir la mayoría de edad. Y este es el caso de Fidel Azofra.
Fidel Ángel Azofra García lleva bastante tiempo en el mundo empresarial. Antes de hacerse cargo del negocio de su padre, fallecido en 2006, ya tenía una pequeña empresa de máquinas de vending. Y, aunque intuyo -o más bien lo sé, y no se imaginan hasta qué punto- que al principio le debió costar bastante poner todo en orden, el apoyo de las asociaciones, la juventud y las ganas de seguir adelante pesaron más que cualquier adversidad. De esta experiencia surge su agradecimiento a las asociaciones: «Encontré grandes facilidades en el mundo asociativo; me ayudó mucho a, rápidamente, ponerme a velocidad de crucero. Esto lo encontré tanto en el País Vasco como en Andalucía. Procuro participar, impulsar y apoyar asociaciones porque a mí me han ayudado mucho. Siempre estaré agradecido». Además, su defensa del asociacionismo no se limita al ámbito empresarial, sino también al deporte.
Trabaja en Cantabría, País Vasco y Andalucía, comunidad esta última que conoce bastante bien, y sobre la que tiene una opinión fundada y no muy diferente de la del resto de empresarios; quizás Fidel se moje un poco más: «A nivel asociativo, no hay diferencias entre el País Vasco y Andalucía, sólo las lógicas teniendo en cuenta el tamaño de ambas comunidades; sin embargo, sí hay diferencias en la relación con la administración. Los resultados se hacen esperar más en Andalucía, sobre todo estos últimos años con el ambiente político que ha habido. Sin embargo, tengo muchas esperanzas en el futuro del sector en la comunidad».
Cuando habla de Andalucía se dibuja una sonrisa en su cara: «He veraneado en Cádiz muchos años, estoy enamorado de Andalucía. A mí me mata cuando leo sobre determinadas cuestiones. Tenéis clima, terreno… tenéis todo. Es otra forma de ser. Cuando paso dos o tres días allí vuelvo con las pilas cargadas, es esa luz… es algo único que no se puede comprar con dinero. Es una comunidad que hay que apoyar, hay que invertir en ella, pero no creo que haya que subvencionarla, porque no le hace falta». Nosotros también sonreímos al escucharle.
No lo hemos podido localizar en las redes sociales, por lo que hemos intuido que de estar registrado, lo habrá hecho con un seudónimo. Una postura inteligente, sin duda, si no quieres que vinculen tu nombre a la foto de un limón en una paella dominguera, o de botellas de cerveza vacías en la mesa de algún pub. Sin embargo, no es difícil encontrar noticias de Fidel sobre su afición al deporte, o su compromiso con las asociaciones deportivas. Incluso alguna foto con el Rey Felipe VI de cuando la Casa Real le invitó a la entrega de los Premios Nacionales del Deporte. Si eso no es ser JASP, no sé qué puede ser entonces.
Decíamos al principio que Fidel preside AMRA desde 2013, asociación que fundó su padre en 1982 y de la que fue primer presidente; lleva sus empresas con éxito, dedica su tiempo libre a promover y practicar el deporte, y se ha ganado el respeto de empresarios que le doblan la edad. No se me ocurre mejor homenaje.