«Sin quererlo, he llegado a tener más de 70 empresas y más de mil empleados»
En el número anterior hicimos un repaso a la trayectoria de Félix Sánchez, presidente de Metronia. Pero, ¿cómo es Félix Sánchez? Veamos.
Félix se siente orgulloso de su trayectoria: «Puede que sea un personaje en el mundo del juego, pero es que sólo me he dedicado a esto. Sin quererlo, he llegado a tener más de 70 empresas y más de mil empleados». Cualquier persona lo estaría, pero no cualquiera hablaría de ello. Y aunque pueda parecer extraño, lo hace de una manera natural. Como cuando habla de su carrera futbolística frustrada: «Cuando llegué a la primera plantilla los médicos me detectaron una espondilolistesis -sí lo he buscado en la Wikipedia- en la quinta lumbar, y me dijeron que no podía jugar al futbol. Me cogí un buen berrinche, ya había pedido un Renault 12 con el dinero de la ficha».
Habla con soltura, incluso bromeando, sobre lo que para otra persona constituiría un trauma. Ni siquiera cambia el tono; eso me lleva a pensar que, además de extrovertido, es auténtico, no tiene una pose: se sabe ganador, pero se ve un tipo normal que se lo ha ganado todo a pulso. Y le gusta hablar de eso, porque está orgulloso. Ha perdido algunas veces, como en el tema del fútbol, pero le podría haber pasado a cualquiera. Y otras muchas ha ganado, como en el juego, pero también podría haber ganado cualquiera. Pero es su victoria, y por eso nos la cuenta. Yo también lo haría. Nos comenta algunas cosas sobre su actual red de bingos y nos explica: «Hay ingenieros e ingeniosos. Ingenieros hay muchos, y se pueden contratar; ingeniosos hay muy pocos. Esa es la diferencia».
Sí que cambia su expresión cuando le preguntamos por el tema del deporte. No porque nos hable de su paso por el Atlético de Madrid, sino porque su hija es campeona de España de gimnasia rítmica, y preseleccionada para el equipo olímpico: «El deporte es una constante en mi vida. Mi hija estuvo a punto de ir a las Olimpiadas, y aunque al final no fue, el mérito que tiene es enorme». Es verdad, es enorme, y algo que contar.
En definitiva, Félix es, sobre todo, consciente de su propio éxito, del que habla sin tapujos; pero también es sin embargo de los empresarios más accesibles que hemos conocido. Lo que para muchos es una contradicción, a mí me parece todo lo contrario: su accesibilidad explica su éxito, al menos el de sus inicios. Porque Metronia nació como un servicio técnico, y tanto la confianza como la cercanía es esencial. Si no te fías del médico de cabecera, cambias de médico, ¿no es cierto? Pues esto, así al menos lo imagino yo, es parecido. Y ésa sigue siendo la política de Félix.
Le intentamos hacer nuestro fast test, pero sus gustos son eclécticos. Tanto, que dependen del momento y lugar: «Me gusta la playa, y me gusta la montaña, pero no tengo tiempo para ninguna de las dos. Me adapto a todo, soy de pueblo [risas]. Lo mismo me pasa con la comida, en España es donde mejor se come. Voy probando lo mejor de cada sitio; en Málaga, por ejemplo, el pescaíto frito. Con la música, igual: desde Camarón hasta Bon Jovi. Plácido Domingo, Freddy Mercury… son genios, depende del momento, no hay que elegir». Eso es saber sacar el jugo a los momentos y no cerrarse a nada: definirse no pasa por ser un fan(ático).
Antes de despedirnos nos dice: «Quiero que mi reportaje sea el mejor. ¿Por qué? Porque me lo he currado. Como siempre». Poco más puedo añadir.