«El futuro pasa por el relevo generacional»
Araceli “Cheli” García es presidenta de ERMA (Asociación de Empresarios del Recreativo de Málaga) y de ANDESA (Asociación Andaluza de Salones), e hija de Rafael García, para el que trabaja desde hace ya unos cuantos años y cuya entrevista publicamos el mes pasado. Con sólo 37 años y esa trayectoria nos llamó la atención, y queríamos hablar con ella desde hacía tiempo. La ocasión la encontramos en Málaga, en su tierra, tras la presentación de la máquina de GiGames La Marmita de Oro.
Araceli es de esas trabajadoras del sector del juego que han vivido el tema desde dentro y desde pequeña. «De niña me gustaba ir al taller, jugaba con los monederos de las máquinas. Los técnicos me decían: Cheli, búscame un muelle como este. Y yo desmontaba los respuestos hasta que encontraba uno». Es una historia que se repite, sobre todo entre los menores de 45 años. Sin embargo, en ella hay algo especial, aunque no sabría decirle exactamente el qué; y una pizca de verdad en eso habrá, cuando con 37 años le proponen presidir ANDESA: «Me lo propusieron por mi trayectoria, porque sabían las ideas que tengo. Me lo propusieron, me interesó y acepté». Así de sencillo.
Con dos carreras (Derecho y Empresariales) no siempre tuvo claro a qué dedicarse en el ámbito profesional: «Nunca tuve claro si me iba a dedicar a este negocio. De hecho, durante varios veranos trabajé en la banca. Pero pensé que para trabajar para otro, mejor trabajar para mi padre. Empecé a trabajar en los salones, y en los salones sigo». Y es que es imposible saber qué quieres sin tener antes claro qué no.
Le preguntamos su opinión -imposible no hacerlo, teniendo en cuenta quién es- sobre diferentes temas relacionados con el azar, y nos sorprende lo rápido que contesta. Empezamos con el tema de la poca presencia de mujeres en los diferentes eventos sectoriales: «No hay más mujeres no porque no haya posibilidad, es algo que se arrastra de antes y que cambiará con el relevo generacional. No hay discriminación, yo al menos jamás me he sentido tratada de forma distinta. Me hacen mucho esa pregunta, sobre todo otras mujeres». Ya no sólo lo rápido, la seguridad también llama la atención.
En lo tocante a cuestiones menos abstractas, le preguntamos primero por su visión del panorama actual, y nos cuenta un poco sus ideas, su programa, ese que le ha llevado a la presidencia de dos asociaciones: «Hay que mejorar muchas cosas. Unas de las medidas que pedimos, por ejemplo, es que las comunidades autónomas intenten generalizar los requisitos para homologar». Nos han hablado mucho sobre ese tema, pero siempre han sido fabricantes. Es revelador que las asociaciones también se sumen a esta reivindicación y es que, a la postre, el sector es uno, con diferentes intereses, pero uno al fin y al cabo. Seguimos por ahí, ya por curiosidad personal: «Es muy difícil innovar, porque está todo muy reglamentado; si a eso le sumas que hay que homologar en 17 comunidades con 17 reglamentos diferentes… Al final son trabas innecesarias». Pero entonces, si los costes derivados de la homologación pueden -y digo pueden– superar los ingresos por ventas, llegará un momento en que determinados fabricantes dejen de servir a comunidades que no sean rentables (por tamaño o por mercado, me es igual), ¿no? «Eso es política empresarial, y de eso no te sabría hablar. Supongo que estar presente compensará». Claro; no obstante, desde pequeño nos han enseñado que el régimen autonómico trajo consigo la época de prosperidad más larga en nuestra historia reciente, pero el uso y abuso de las instituciones como arma política en detrimento de la lógica y el sentido común puede tener un efecto rebote cuyas consecuencias es posible que estemos viendo ya. Y esta es una opinión de alguien que habla desde fuera. Aprovecho para decirla ya, que con cada palabra que escribo, entrevista tras entrevista, soy un poco menos imparcial.
Hablamos sobre el futuro: «Pasa por el relevo generacional, sin duda. Las apuestas deportivas atraerán a un nuevo público, pero no está claro que vayan a jugar a las máquinas. Es muy complicado innovar para atraer un público diferente. Pero yo soy optimista. El Director General [Antonio Miguel Cervera] es alguien que no pertenecía al juego y hace preguntas como las que hacéis vosotros [sonríe, reímos], se lo plantea desde otro punto de vista, y eso es bueno». Yo diría que hasta necesario, sobre todo cuando detrás de la regulación del juego no hay una ideología concreta: «El juego es un sector que no vende políticamente, las máquinas tienen la imagen de la ludopatía. La Primitiva o las apuestas se ven como algo más social, es más fácil reglamentar sobre eso». Un sector que no está politizado -o eso infiero yo- debería observarse desde fuera, y atender las reflexiones de unos y de otros, de propios y extraños.
Terminamos con las preguntas para conocer el lado más personal de Araceli. No tiene vacaciones (o no se las toma), pero si las tuviera no iría a la playa «y mira que la tengo cerca, pero para el verano prefiero algo más fresquito». No hace deporte, aunque tuvo su época de salir a correr. De runner, que dicen ahora. Escucha principalmente la radio, Cadena 100 y Canal Fiesta, pero cuando le preguntamos por sus tendencias cinéfilas un brillo le aparece en los ojos: «Soy madre de un niño de quince meses, no puedo ver muchas películas». Observamos la que podría ser la única debilidad de Cheli. O eso nos parece a nosotros.
