Carlos Chacón

carlos chacon

«No tener éxito es un problema, pero tenerlo muy rápido también»

 

Carlos Chacón, actual CEO de Donsniha, es cubano, aunque criado en Nueva York. En 1980 llega a España de vacaciones y decide quedarse. ¿Por qué? Pues resulta que en el pasado Expojoc de Valencia nos lo contó, así que vamos a verlo.

En psicología social existe un concepto llamado saliencia que, en esencia, viene a hablar de la primera impresión que te produce una persona. No es difícil inferir que lo que llama la atención de una persona depende del que observa. Llegados a este punto, y dado que no habíamos hablado con Carlos antes pero sí que lo habíamos visto en varias ocasiones, nuestra primera impresión estaba relacionada estrictamente con su imagen. Siendo sincero, servidor había reparado en sus gafas de pasta negras. A priori, yo me lo había imaginado como un hombre de mundo, urbanita, aficionado al mundo de la cultura y, no sé por qué, tocando el piano en algún club de jazz para relajarse después de un día de trabajo estresante. Todo eso a partir de unas simples gafas. Cuando empezamos a hablar descubro que, en efecto, no he dado una.

Como digo más arriba, Carlos Chacón nace en Cuba, aunque desde pequeño vive en Nueva York. En 1980 llega a Mallorca de vacaciones, y se enamora de la ciudad y del país. Tan es así, que piensa en buscar un empleo y establecerse en España: «Llegué de vacaciones en 1980 y me encantó el país. Tanto, que pensé en quedarme a vivir aquí si encontraba un trabajo. Y lo encontré». Pero, a ver, Nueva York no es una ciudad más, es La Ciudad. ¿Cómo puede querer alguien abandonar el Delfos del siglo XXI? «Nueva York es una ciudad muy grande, es muy impersonal. Me gusta más España [risas]». Maldito Hollywood, me la ha vuelto a jugar.

¿Y cómo se relaciona por primera vez con el sector? Pues de la forma más sencilla, casual y obvia, como casi todo en esta vida: «Yo me dedicaba a la construcción. Compraba áticos en construcción; luego los terminaba, los decoraba y los vendía a extranjeros. El tema del juego llegó en 1995. Unos amigos holandeses me lo proponen, y compramos un salón. Luego compramos una empresa con siete salones». La alianza con Merkur aparece después, precipitada por el éxito: «Nos vimos en la necesidad de tener un producto nuevo en España y conseguimos homologar la ruleta Megastar. Teníamos unas expectativas bajas, vender diez o doce. Vendimos mil doscientas. No tener éxito es un problema, pero tenerlo muy rápido también. Necesitábamos dinero para seguir creciendo, y de esta necesidad surgió la alianza con Merkur. Nos hacía falta tener a un grande detrás». Una curiosidad, ¿de dónde viene el nombre de Dosniha? «Dosniha existía, pero era una empresa sin actividad. La compramos por cien mil pesetas (seiscientos euros) porque era más fácil hacerlo así que crear una sociedad nueva». Lo que decía, sencillez y casualidad.

carlosComo de costumbre, le preguntamos por el sur. Aunque para una persona nacida en el Caribe, criado en Estados Unidos y residente en Mallorca el concepto sur debe resultar algo difuso, lo cierto es que tiene una opinión muy bien formada sobre nosotros: «La gente del sur me encanta. Cuando viajo con gente de Murcia o Andalucía sé que voy a ir todo el rato riendo. La gente en el norte es más seria; en Mallorca, por ejemplo, somos más distantes». Optimista sobre el futuro, muestra una confianza -poco común, añado- en la regulación: «El sector lo veo bien, sobre todo por los cambios en la regulación que poco a poco van haciendo más fácil nuestro trabajo».

En lo tocante a la música, a Carlos le gusta todo tipo de música, aunque destaca a Chambao. Nos comenta que tiene poco tiempo para leer, por lo que se ha aficionado a los audiolibros; escucha, de media, un libro al mes. Sobre gastronomía, no duda al decantarse por el pescado, al horno o a la sal. Con el deporte muestra tendencias eclécticas: ciclismo, vela, esquí… Esquí. Le preguntamos si ha esquiado en Sierra Nevada: «Nunca he ido, pero me han dicho que es preciosa». Le contestamos que -nosotros qué vamos a decir- es una maravilla; tienes Granada a 45 minutos y la playa al lado. Hay días que incluso puedes ver a esquiadores en manga corta. «¿Y la nieve no se convierte en sopa? [risas]». Menos mal que no ha decidido venir este año, porque de nevada sólo tiene el nombre. Además, aunque lo intuimos desde el principio, confirmamos que Carlos Chacón tiene un gran sentido del humor, algo que hemos comprobado después en otras ocasiones. Ah, dejó de fumar hace cuatro o cinco años, aunque disfruta del buen vino.

 Debemos dejarle marchar ya (business is business), así que nos despedimos. La idea que tenía sobre Carlos antes de encender la grabadora es muy distinta a la que tengo cuando la apago. Pero sigo pensando que esas gafas, en cualquier caso, son muy elegantes.

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