«Aprendí con Cruyff, que estaba treinta años adelantado a su tiempo»
La historia de Juli López Segú, Director Comercial de UNIDESA, es francamente atípica. Muchos ya lo sabrán, otros quizá no, pero el señor López fue jugador profesional de fútbol. De hecho, fue pupilo del gran Johan Cruyff, y eso deja una impronta que dura el resto de la vida.
De familia de futbolistas -tanto su hermano mayor (Sergi) como su hermano pequeño (Gerard) jugaron también en categorías de elite-, desde muy joven demuestra tener una gran visión de futuro: «Tuve la suerte de poder sacarme la carrera mientras estuve en el Barcelona. Estuve cuatro años en el B, y uno en el primer equipo. En aquella época me licencié en ESADE -Administración y Dirección de Empresas-». La suerte no, la vista. «Jugué en Valladolid, Vitoria, Mallorca… Conocí muchos sitios». En Internet es fácil encontrar información sobre él. Como por ejemplo, que nace en junio de 1969, y que se marcha de Barcelona en 1993. Lo que poca gente habrá hecho es echar cuentas y comprobar de que si se va a Valladolid con la carrera terminada, Juli López además de jugar al fútbol va bien en los estudios, porque la carrera la termina en el año que le corresponde. No es difícil ver en las facultades gente que, con treinta y tantos, sigue yendo a cuarto. A lo mejor la tuna, por poner un ejemplo, es más absorbente que el fútbol profesional.
Pero acaba trabajando en Cirsa. ¿Cómo? «Con treinta y un años vi que se me pasaba el arroz. En el 98 decidí buscar un equipo con el pudiese trabajar por la mañana y entrenar por la tarde. Yo soy de Granollers, y se dio la circunstancia de que Cirsa colaboraba con el Terrassa, y firmé con ese equipo. Estuve allí un par de años y ya me dediqué de lleno a mi trabajo en Cirsa».
Entonces, conoce el sector desde el 99: «Sí, del 99 a 2005. En 2005 la corporación, que tiene los negocios diversificados, me necesitó en una empresa de un sector que no tiene nada que ver con el juego. Aunque volví en 2013. Así que llevo diecisiete años en Cirsa, y diez en este sector». Su opinión sobre esta industria no ha cambiado desde que la conoce por dentro: «Yo no entré con prejuicios. Pero es que este sector tiene muchas virtudes, si bien la elevada reglamentación dificulta transmitir lo que somos en realidad. De hecho, tengo mejor imagen del juego como entretenimiento que del fútbol». Quién lo iba a decir, ¿eh?
Juli López sigue haciendo deporte: «Mi gran afición es correr, mucho más que el fútbol. Las maratones y pruebas de larga distancia, son mi auténtica pasión». Pero, y cuando jugaba, ¿en qué posición lo hacía? «Yo era central, pero no era muy agresivo. Era de sacar el balón jugado. Aprendí con Cruyff, que estaba treinta años adelantado a su tiempo». Esa es una de las marcas de la casa, desde luego. Que no era agresivo lo demuestran sus estadísticas de tarjetas, que he consultado y comparado con las de, por ejemplo, Sergio Ramos; con los mismos minutos jugados en una temporada, Ramos tiene una tarjeta roja más y tres goles menos. Ahí queda eso.
No podemos hablar con él mucho más tiempo (le decimos que no le vamos a hacer perder más tiempo y nos contesta: «en absoluto esto es perder el tiempo, pero si me tengo que ir, me tengo que ir»), y un pregunta se nos queda en el aire: ¿el tipo de fútbol que un jugador practica es el reflejo de su personalidad? ¿O quizás es al contrario? Algún día lo hablaremos con él. No es el tipo de conversación que mantendrías con cualquier futbolista, pero sí con Juli López Segú.