Juan Cabañas

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«Sólo en la provincia de Cádiz, recaudamos veintisiete millones de euros. Con ese dinero podemos hacer carreteras, hospitales, colegios…»

Que a una reunión ejecutiva de una asociación provincial de empresarios del juego acuda el Jefe de Servicio competente en la materia dice mucho, tanto de la industria, como de la administración. Juan Cabañas, Jefe de Servicio de Juegos y Espectáculos en la provincia de Cádiz, acude al local donde se celebra la reunión ejecutiva que AGARE como uno más. Y como uno más habla con nosotros.

Comienza la conversación explicándonos que su «cargo no es político. Nosotros somos asépticos, no tenemos color político. Llevo quince años trabajando en Juegos y Espectáculos, en diferentes puestos, pero quince años». ¿Quince años? Cuéntanos entonces tu historia.

«Terminé Derecho en Jerez. Estudiando la carrera aprobé las oposiciones de Correos. No llegué a trabajar porque al terminar la carrera oposité al grupo A de la Junta de Andalucía y también las aprobé. Tenía veinticinco años. En un breve intervalo de tiempo aprobé cuatro oposiciones, y me quedé con las de más categoría. Cuando comencé a trabajar para la Junta de Andalucía estuve seis meses primero en el departamento de nóminas, y ya pasé a Juegos y Espectáculos. Y aquí sigo». Sí, cuatro oposiciones. Tengo entendido que no es raro que un opositor apruebe más de un examen, ¿pero cuatro? No tiene problema en decirnos cuál es su secreto, que a fin de cuentas no lo es tanto: «Tengo muchos déficits, pero la memoria no es uno de ellos. Tengo muy buena memoria, y la entreno. Hoy en día es algo muy denostado, pero da muchos recursos. Primero hay que entender y asimilar, pero luego se debe memorizar. Yo tengo la suerte de poder reproducir un párrafo de forma casi literal, y esa es la diferencia entre un 9 o un 10 en una oposición. Y las oposiciones son una competición. Soy consciente de tener esa capacidad, y por eso elegí este camino». Y por eso tenemos la certeza de que madurez e inteligencia caminan de la mano junto con la memoria en el cerebro de Juan Cabañas. Un pragmatismo que le ha llevado a ser un joven Jefe de Servicio y a no perder el tiempo. Sobre todo a eso.

Le inquirimos sobre los cambios que en estos quince años ha observado: «Sí, ha habido muchos. Bueno, no; ha sido una respuesta automática. Tampoco ha habido tantos. Son empresas familiares que suelen perdurar mucho en el tiempo. Los empresarios con los que trabajamos, que son casi amigos, son casi los mismos. No hay una renovación como puede haberla en otros sectores». Su visión del juego sí que es distinta a la que tenía cuando llegó al cargo, casi opuesta: «Cuando llega un Delegado de Gobierno nuevo lo primero que intento es poner en valor el sector; son cosas de las que te acabas dando cuenta, pero necesitas tiempo. Yo intento acelerar ese proceso. Siempre digo que en el sector, sólo en la provincia de Cádiz, recaudamos veintisiete millones de euros. Con ese dinero podemos hacer carreteras, hospitales, colegios… Es un sector importante al que hay que darle calor. Debemos darle la importancia que se merece, y que no se le da por atavismos». Y por prejuicios interesados, añadimos nosotros a título personal.

Nos interesa saber por qué acude a las reuniones de AGARE: «Conozco a casi todos los empresarios. Es un sector que sabe separar la faceta profesional de la personal. Nunca jamás nadie ha intentado aprovechar una posición de cercanía para obtener un trato de favor. Nadie. Yo vengo a todas las reuniones porque los conozco y me gusta asistir. Unas son más serias, otras son más lúdicas… pero vengo a todas». Lo que decíamos al principio: esta es una muestra más de la calidad humana que encierra el sector. Qué pena que la fina película de convencionalismo de la que está envuelto impida ver el interior.

Jerezano, pero afincado en San Fernando, nace en 1975. Se casa al año de aprobar las oposiciones -tener las ideas claras en la vida es un valor añadido- y es padre de tres hijos a los que intenta inculcarle el desarrollo de la memoria desde muy pequeños. Le gusta «la playa y el deporte, sobre todo correr. Participo en competiciones populares. Todos los corredores te dirán que empiezan saliendo a correr para acabar saliendo a entrenar [risas]». Ávido lector de ensayos y libros técnicos más que de ficción, intenta ir al cine una vez al mes por lo menos: «De las últimas que he visto y que más me han marcado es Boyhood, una película que han tardado en rodar doce años y que cuenta la historia de un niño en tiempo real. Me gustó muchísimo, porque define muy bien lo que somos. Me gusta mucho lo existencial».

Así es Juan Cabañas. O así es como nos parece a nosotros que es tras quince minutos de conversación. Puedo intentar desarrollar un poco más su personalidad, elucubrar o imaginar, pero prefiero descubrirlo con un café en la próxima reunión de AGARE a la que vayamos. Porque seguro que estará allí.

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