«Luckia me devolvió la ilusión. Aporté lo que sabía y dio sus frutos»
Vicente López (Talavera de la Reina, 1952) nos cuenta en Sevilla, en la ceremonia que Luckia organiza para escenificar el desembarco de su sistema de apuestas en Andalucía, una de las historias más bonitas de cuantas hemos escuchado hasta la fecha.
Como suele ocurrirnos con frecuencia, sobre todo con determinados cargos de las empresas, comienza hablándonos de las bondades del producto que se presenta ese día: «Llegamos en un momento en el que los salones pasaban por una mala racha, pero entonces la apuesta empezó a repuntar. La gente era muy reacia porque pensaba que afectaría a la recaudación de la máquina tradicional, pero ha ocurrido al contrario; la apuesta nos ha dado energía positiva, confianza. Además, la apuesta es algo que está bien visto. En la Comunidad Valenciana tenemos la hostelería, lo que nos ha dado una perspectiva cercana y positiva. Hemos conseguido que locales que estaban abandonados se estén reformando. En Andalucía va a suponer un antes y un después porque va a dar el empujón definitivo a ese empresario que maneja proyectos de trescientos o cuatrocientos metros cuadrados. Va a suponer incluso la entrada del capital de las grandes empresas. Luckia en Andalucía creará puestos de trabajo, riqueza. No es normal que se hayan perdido empleos que podrían haberse mantenido. Por todo ello, Luckia es una apuesta segura, segura para todos los empresarios andaluces». Qué duda cabe, a nosotros nos ha convencido. Pero el tema que más nos interesa no es ese, si no averiguar cómo con sesenta y tres años habla con esa ilusión de su trabajo. Porque es cierto que se trata de un discurso institucional, pero le brillan los ojos cuando lo ponuncia, y eso no es tan normal. Veamos.
«Yo empecé en el 90 ó 92 en Cirsa. En Unidesa. Pasé por diferentes grupos hasta que en el año 2000 monté mi propio negocio. Incluso toqué el tema del vending. Luego me dediqué el ladrillo, pero hace cinco años el ladrillo colapsó y tuve que ponerme a buscar trabajo con cincuenta y ocho años. Uno de los principales errores que comete la gente en momentos de crisis es diversificar en exceso la búsqueda de empleo. Con la edad que yo tenía en ese tiempo tuve que plantearme para qué estaba capacitado, dónde podría aportar más. Y el juego era la respuesta. Se cruzó un proyecto de bwin en la Comunidad Valenciana que al final no salió adelante por una cuestión societaria, pero yo ya estaba de nuevo ahí. Luckia me devolvió la ilusión. Aporté lo que sabía y dio sus frutos. Quizás lo que más destaca de nosotros es el equipo de soporte increíble que hemos montado y que supone apoyar a nuestros socios en todo momento. Procuramos crear una familia con todos los que se apuntan al carro». Ahora nos encaja todo. Las historias son tristes o alegres en función de cómo acaben; y esta no podría haber terminado mejor. Vicente López es consciente de la oportunidad que la vida le ha brindado a través de Luckia, y la forma de agradecerlo es quizás la más noble de todas: aportando su trabajo y esfuerzo para que la empresa crezca día tras día.
Se deshace en elogios al hablar del presidente de Luckia, José González, al que admira sinceramente: «En esta empresa tenemos la suerte de tener como referente a nuestro presidente, José González. Tiene una visión, una capacidad de adelantarse a los acontecimientos increíble». De eso también nos dimos cuenta nosotros cuando tuvimos la oportunidad de charlar con José González, por lo que no podemos si no suscribir las palabras de Vicente López.
Le preguntamos, aprovechando que hablamos en la presentación de una casa de apuestas que operará en nuestra comunidad cuando la regulación lo permita, si ha practicado algún deporte: «Jugué mucho al fútbol, al tenis… pero lo que más llena es estar con la familia. Tengo tres hijos de treinta, treinta y uno y treinta y ocho años y vivo para ellos y para mi mujer. Ya os he comentado que soy muy de cuidar el equipo [risas]».
Y así terminamos la conversación. Vicente, no solo goza de una familia completa y unida, sino que también ha encontrado a su familia sectorial con el equipo formado en Luckia. La historia es hermosa, no me lo negarán. Por muchas razones.