«Las personas de este sector son muy agradables. Son también exigentes, quieren siempre las cosas bien hechas, lo que es fantástico»
Una de las lineas fundamentales que nos impusimos cuando empezamos en esto fue la de poner cara a todos los que hacen posible los eventos de la industria del juego, no solo a empresarios o empleados directos. Entre ellos está Carlos Martínez, que como Técnico de Telecomunicaciones e Informática del Palacio de Congresos de Torremolinos juega un papel esencial en la celebración del Expo Congreso Andaluz sobre el Juego.
Carlos ha vivido de cerca todas las ediciones de la feria andaluza, aunque no siempre desde el cargo mencionado en las líneas anteriores: «He vivido todas las ediciones, pero desde un ámbito externo, porque antes trabajaba para otra empresa». Lo llamativo es que ya conoce el sector antes de trabajar indirectamente para él: «He tenido profesores que se han dedicado a esto, haciendo futbolines o pinballs. He visitado fábricas, incluso. Es apasionante, la verdad es que me encanta».
¿Y qué opinión le merece? «Las personas de este sector son muy agradables. Muy, muy agradables. Son también exigentes, quieren siempre las cosas bien hechas, lo que me parece fantástico. Es difícil encontrar ese nivel de profesionalidad hoy en día. Las máquinas B, por ejemplo, están interconectadas actualmente. Eso requiere un nivel de seguridad enorme, pero los altos estándares de seguridad aseguran que no se pueden piratear. Tienes la garantía de meter tu dinero en una máquina con total fiabilidad». La pasión con la que habla de las máquinas le delata: le gustan de verdad.
Por su edad intuimos que, casi con total probabilidad, los videojuegos son la causa de esa pasión. Y no nos equivocamos: «Me encantan los videojuegos. Toda mi infancia los he pasado con ellos. He vivido todas las máquinas». Lo cierto es que no nos equivocamos porque le entendemos, compartimos esa querencia. Sin embargo, Carlos tiene sólo veintitrés años, por lo que no ha podido disfrutar la época dorada de las máquinas de finales de los 80 y principios de los 90. Algo que puede solventarse -en cierta medida- con emuladores, aunque no se lo comentamos porque tenemos la certeza de que eso ya lo sabe.
Pasamos unos minutos hablando sobre videojuegos (es fan de Fallout 4, juego que por esas fechas todavía no está a la venta), y a continuación le preguntamos por sus inclinaciones cinéfilas: «Mi película favorita es Regreso al Futuro. También el Quinto Elemento; ese tipo de películas son las que me gustan». Ciencia ficción, un género que también disfrutamos, y sobre el que departimos durante algunos minutos. La sorpresa llega cuando hablamos acerca de la música: «Cualquier cosa menos reggaeton [risas]. A ver, me gusta todo tipo de música porque soy músico profesional. Tengo unas titulaciones un poco raras [risas]. Hice los diez años de conservatorio en la especialidad de saxofón. Luego me dije: “me voy a desviar por la rama de las telecomunicaciones”. Hice la Formación Profesional de Grado Superior de Telecomunicaciones Informáticas». Agrega, además, un nada despreciable número de cursos de especialización que, no obstante, quedan en un segundo plano; no por la utilidad práctica, que es evidente que la tienen porque vive de eso, si no porque nos llama la atención que, si no llegamos a preguntar, no conoceríamos la faceta musical de Carlos Martínez. Un hombre tan polifacético como humilde.
Acabamos la conversación hablando sobre informática. No podía ser de otra manera.
