«Claro que debería haber más azafatos; hacemos un trabajo que un hombre puede hacer también perfectamente»
Durante el pasado 5 Expo Congreso tenemos la oportunidad de conversar durante unos minutos con una de las azafatas que ayudaron a la buena marcha del evento. Su nombre es Luisa Briales, y la perspectiva que nos ofrece con sólo diecinueve años sobre el mundo del juego puede ayudar a propios y extraños a entender algunas cosas de esta industria. Veamos.
En primer lugar nos cuenta que es azafata desde hace dos años en la empresa Clave, aunque «es el primero congreso relacionado con el juego en el que trabaja. Me ha impresionado, la verdad, porque no tenía ni idea de que se organizaran ferias de este tipo. No sabía nada de este sector». ¿Y qué opinión tiene antes de conocerlo? «Sinceramente, mala. Mis amigos y yo sabemos del juego lo que vemos en las películas o en televisión, y no suelen salir cosas buenas [risas]». Vale, pues empezamos entonces a indagar en ese tema.
Conoce las apuestas deportivas -cómo no las va a conocer, con la presencia que tienen-, y «para nada se parecen a las máquinas; quizás es un poco lo mismo, pero parece otra cosa. Da la impresión de que te interesas por el deporte. Y está mejor visto, desde luego». Claro, es que interviene menos el azar, sobre todo cuando juega el Granada y apuestas a que no gana. Pero lo cierto es de aquí podemos extraer dos conclusiones: una, que la publicidad es esencial para mostrar la verdadera imagen de la industria del ocio y el entretenimiento. Y dos, que las apuestas son imprescindibles para renovar el parque de clientes de los salones.
Conoce otros sectores a través de su trabajo, «sobre todo los relacionados con la medicina, como las farmacéuticas. Aunque también he trabajado en eventos de cine o coches», y los ambientes son muy diferentes entre sí. También hablamos, como no puede ser de otra manera, de la ausencia de azafatos en las ferias sectoriales, y como siempre nos damos de bruces con la realidad: «Claro que debería haber más azafatos; hacemos un trabajo que un hombre puede hacer también perfectamente. Pero también trabajo de canguro y me llaman antes a mí que a mi hermano, no es algo que pase sólo aquí». Una discriminación positiva que a ella le viene bien, y no lo oculta: «El dinero que gano lo guardo para viajar, que es una de las cosas que más me gustan». Dinero que de otra manera no podría ingresar porque el trabajo de azafata lo puede compatibilizar con sus estudios de Derecho. Empiezo a pensar que criticar esta clase de empleos está sólo al alcance de los que no los necesitan.
Luisa es la mayor de cuatro hermanos, y también la única chica («No, en casa no me aburro»). Cursa tercero de Derecho y planea estudiar las oposiciones de judicatura. Le encanta montar a caballo, jugar al pádel y bailar flamenco. Este mes de octubre cumple veinte años, y como todas las mujeres de su edad la encanta salir con sus amigas o ir al cine. Bueno, al cine «hace tiempo que no voy porque es carísimo. El día del espectador como mucho [risas]». Y eso que no ha conocido las entradas a 350 pesetas los miércoles.
Y este es otro de nuestros pasos en el camino de que hemos emprendido y cuyo fin es poner nombre y rostro a los que hacen posible que eventos como el Expo Congreso sean posible. Luisa Briales, joven estudiante y juez en potencia. Y el futuro de este país, que cuando hablo con gente como ella me parece menos oscuro.
