«El sector ha cambiado mucho, no es comparable con otras épocas. Ahora se ha profesionalizado»
Robert Deulofeu nace en Alp, un pequeño municipio de la comarca catalana de Baja Cerdaña (Gerona). Licenciado en Ingeniería Industrial, actualmente gestiona el servicio post venta (SPV) de Novomatic y GiGames. Tenemos la ocasión de charlar con él un rato en Torremolinos y debemos agradecer el tiempo que nos dedica porque, créanme, ese día tiene bastante trabajo.
Comenzamos con la ya clásica pregunta ¿cómo entró en contacto con el mundo del juego? Y nos cuenta: «Para pagarme la carrera estuve trabajando en una operadora de Barcelona. Un día vi un anuncio de un trabajo para el sector del juego. Como ya lo conocía, lo acepté y estuve trabajando en Cirsa. En 2005 pasé a Gigames y después de la fusión con Novamatic en 2014 trabajo para las dos marcas». La pregunta es recurrente y quizás resulte tópica, pero no se imaginan lo que facilita la tarea de ubicar a la persona con la que conversamos.
Lo que no es tan tópico es que una persona ajena al sector llegue a él libre de prejuicios: «Bueno, yo viví el sector durante los 80 y siempre tuve muy claro cómo se debe jugar, así que nunca tuve prejuicios. Pero era otra época, ahora se ha profesionalizado mucho, no es comparable la situación». Pero hay que ser bastante inteligente para comprender que detrás de la máquina del bar hay un empresario que vive entreteniendo a la gente, sin más. Durante su carrera profesional conoce otros sectores, como el del marcaje industrial; incluso imparte clases de sistemas operativos en algún momento de su trayectoria. Por eso le preguntamos qué diferencias observa entre las diferentes industrias que conoce: «El caso del juego es diferente. A fin de cuentas, la industria está preparada para utilizar más periféricos de los que puedes llegar a usar, las máquinas están preparadas. Pero es un producto que tiene que tener lo necesario, nada más, porque el precio tiene que estar ajustado. Hay veces que no compensa poner tal o cual componente porque el precio no compensa».
Aunque él no participa directamente en el diseño de las máquinas, si que aconseja o aporta datos al equipo de desarrollo. Sin embargo, conoce todas las máquinas de Novomatic y GiGames de memoria. En un momento de la conversación le pregunto si sería capaz de montar y desmontar una máquina de memoria y me contesta: «sí, claro que sí». De hecho, nos explica las diferencias de diseño que existen entre las máquinas de las dos marcas. Debo reconocer que la pregunta es capciosa, porque esperaba otra respuesta; de haber sido así este párrafo habría sido distinto.
Habida cuenta del cargo que ocupa, entendemos que el montaje del stand es una tarea que ha de supervisar; cualquier persona ajena a esta industria quedaría perpleja al observar el trabajo que hay detrás de cada puesto, por eso le preguntamos por la dificultad de esa tarea: «Es complicado porque tienes que ponerte de acuerdo con toda la empresa: departamento comercial, técnico… Nosotros ya tenemos eso rodado, pero si es la primera vez sí que resulta complicado». Hablando de ferias, comentamos lo mucho que ha crecido el Expo Congreso. Es en ese momento cuando le reclaman para atender a unos clientes; habla con ellos mientras enseña las entrañas de una máquina durante más de una hora, así que decidimos posponer la conversación.
A medio día lo localizamos de nuevo, tomando el almuerzo. No encendemos la grabadora, pero le preguntamos a qué dedica el tiempo libre (cómo es él ya estamos empezando a saberlo), y nos comenta que le encanta esquiar -lógico, sabiendo dónde nació- y el campo. Aunque la electrónica también está presente en sus momentos de ocio. De hecho, ahora quiere comprarse un dron. Y no puedo evitar sonreír cuando comprendo que Robert Deulofeu dedica su vida a lo que realmente le gusta. No me negarán que hay una gran diferencia entre dedicarte a lo que te gusta y gustarte tu profesión.