«El Expo Congreso es un evento excepcional, tanto desde el punto de visto profesional como social»
Vicente Fernández tiene treinta y cinco años y lleva catorce dedicándose a la industria del ocio. Tiene un aspecto serio, casi imponente, que enmascara a un hombre simpático, de trato agradable y muy buen conversador. Debo reconocer que me sorprendió.
Aunque es hijo de Manuela Jiménez (pulse aquí para leer la charla que mantuvimos con ella), vicepresidenta de Zitro, ambos han mantenido su independencia a pesar de que hayan trabajado en distintas empresas del sector para confluir finalmente en Zitro. A través de ella, no obstante, sí se forma una idea del juego más cercana a la realidad que los prejuicios manejados por la inmensa mayoría de los mortales. Quizás por eso, cuando empieza a estudiar Ingeniería Industrial busca «echar algunas horas para completar mi tiempo de estudio y ganar un dinerillo» y termina trabajando en Metronia. Hablamos del año 2002.
En 2010 llega la oferta de Zitro, y Vicente acepta: «En Metronia empecé en el taller, que por cierto no era lo mío [risas]. Luego pasé al departamento comercial. Y cuando vi que existía posibilidad de venir a Zitro, lo acepté. Decidí cerrar un ciclo y acepté incorporarme al equipo que lideraba Manuela en Zitro. Entré en el sector para ganar algo mientras estudiaba y ahora echo la vista atrás y resulta que llevo catorce años. Y es que al final el trabajo absorbió todo mi tiempo, este es un sector que me apasiona, me gusta de verdad. Tengo ganas de trabajar otros catorce años más. O veintiocho». Lo entendemos perfectamente.
Compatibilizar estudios y trabajo es algo muy complicado si realmente sientes que el trabajo que estas desarrollando es tu verdadera meta. Vicente Fernández a quien le encanta el mundo del motor, decidió en sus primeros años realizar estudios en el área industrial, con la ilusión de poderse dedicar profesionalmente a ello. Su encuentro con el sector del juego le conduce a cambiar sus prioridades y dejar el mundo del automóvil como hobby –o pasión, como él lo llama- y realizar cursos relacionados con la Administración de Empresas y dedicar todo su tiempo exclusivamente al sector donde a partir de ahí comenzará su carrera profesional.
Preguntándole sobre el futuro del sector de juego, el considera que pasa «por una mayor colaboración entre los profesionales de la industria con los reguladores y las administraciones públicas, para mejorar aún más la oferta. Por otro lado, en nuestro caso concreto, el bingo electrónico para salas es un producto que, creemos, va a ser el futuro durante los próximos años. Va a ayudar a renovar y potenciar los bingos en Andalucía. La B4, afortunadamente, ya está bastante consolidada, y no paramos de innovar en ese sentido. Dedicamos mucho tiempo a la innovación». Y termina con una frase que encierra madurez y sensatez a partes iguales: «Hace falta diversificar, sacar cosas nuevas constantemente, y tener buenas condiciones para poder ponerlas en la calle y explotar esas vías de negocio. En Zitro llevamos tiempo dedicándole esfuerzo a la diversificación tanto a nivel de productos como a nivel de mercados. En breve, por ejemplo, presentaremos nuestra primera máquina de Video Slot que estamos convencidos contribuirá de forma esencial al crecimiento y solidificación de nuestra compañía como proveedor global de la industria del juego».
Acabamos intercambiando impresiones sobre el Expo Congreso: «Después de cinco años, y he estado en todas las ediciones, la evolución es espectacular. El Expo Congreso es un evento excepcional, tanto desde el punto de visto profesional como social. No me creía cómo han… como habéis llegado a esto. Aquí hay un ambiente excepcional. La cena que organizan todos los años hace que participemos todos y haya buen ambiente. Todos, tanto expositores, como proveedores, trabajadores y visitantes tenemos esa idea». Bien, parte del éxito puede resumirse comentando que no debería decir “habéis llegado”, sino “hemos llegado”.
No le robamos más tiempo a Vicente Fernández porque hay bastantes personas en el stand de Zitro y no queremos interferir más de lo necesario. Pero les puedo asegurar que nos llevamos una sorpresa al charlar con él durante diez minutos. Y de las gratas.
