«Cuando hablamos de juego hablamos de entretenimiento; hablamos de un trato cercano con el cliente, de puestos de trabajo, de impuestos, de riqueza»
Coincidimos con José Ramón García Rodríguez, Gerente de EGASA DISTRIBUCIÓN. Ingeniero agrónomo de formación, con un máster en enología, antes de recalar en la industria del juego trabaja para Osborne, en el sector de la alimentación. Su fichaje se debe a la «experiencia en hostelería», pero también constituye un ejemplo más de la visión que José González tiene tanto para los negocios como para conformar un equipo de profesionales, de la creatividad de la que hace gala en las tomas de decisiones.
José Ramón García es un hombre particular. Suele contestar todas las preguntas que le hago antes de terminar de formularlas, y las que considera demasiado abstractas, poco concretas, me las devuelve. Es así como descubro que la pregunta “¿Qué diferencias ves entre el Expo Congreso y el resto de eventos?” carece de sentido porque parte de la premisa de que el entrevistado ha detectado esas diferencias. Y si no, probablemente busque algunas para evitar tener que contestar “ninguna”, réplica que podría considerarse como una descortesía -no por mí, claro, que me parece muy legítima-; José Ramón opta, sin embargo, por una tercera vía: «¿Qué diferencias ves tú?». Desde ese momento me doy cuenta de que he de pensar muy mucho hacia dónde dirigir la conversación. Lástima que sea casi al final de la charla. Sin embargo, nos responde: «Llevo sólo cuatro años en este sector. Es verdad que es un evento que se ha profesionalizado muchísimo, pero que ha mantenido el ambiente de las primeras ediciones. Pero eso sólo lo sé por lo que me han contado, yo no estaba».
José Ramón, gracias a trabajar para EGASA, ahora Luckia, descubre que el sector del juego poco tiene que ver con la imagen infundada que la mayoría de la opinión pública maneja: «Ahora mi visión ha cambiado radicalmente. Cuando hablamos de juego hablamos de entretenimiento; hablamos de familias que acuden juntas a un salón a pasar el rato. Hablamos de un trato cercano con el cliente, de puestos de trabajo, de impuestos, de riqueza». Encargado del proyecto de la distribución nacional, está «muy contento con las soluciones que hemos buscado: valor añadido, producto propio…. Está funcionando muy bien. El apoyo de un gran grupo nos ha permitido hacer esto. La gente asocia Luckia con las apuestas. Eso está generando un runrún muy positivo. Estamos trabajando la imagen en toda España, y eso llega también a Andalucía». Le preguntamos entonces si actos como el de Sevilla, o la inauguración de un Luckia Sport Café en esa misma ciudad antes de la regulación de las apuestas presenciales, no son más determinantes de cara al futuro que la propia imagen: «Todo eso es muy importante, pero también lo es el trabajo que estamos haciendo en el resto de España. El naranja, por ejemplo, es muy representativo en branding. Representa lo nuevo, la frescura, y todo eso es lo que queremos transmitir. Y no sólo lo transmitimos, es que lo hacemos, somos así. Tenemos una política totalmente diferente al resto».
Nacido en Madrid -y madridista confeso-, es hijo de madre gallega y padre murciano («soy un apátrida», nos dice, lo que genera no pocas carcajadas). Le gusta ir al cine, el deporte y leer, aunque desde que es padre «es imposible; dentro de cinco años, cuando los niños sean más mayores retomaré esas aficiones».