«Acabé en Sportium por puro azar, fui a hacer una entrevista que no tenía nada que ver y acabé aquí»
Carlos Jiménez (Barcelona, 1982) trabaja en el Departamento de Central de Servicios de Sportium. Se trata de un rostro reconocible de la marca; además de por el cargo que ostenta, Carlos no pasa desapercibido en los eventos sectoriales. Es alto, luce una barba que, aunque esté de moda, no es común en las personas de su edad, y suele llevar un pañuelo en el bolsillo de la chaqueta a juego con con alguna otra prenda. Es de esas personas en las que reparas cuando entras en cualquier sitio.
Accedió a conversar con nosotros en el evento que la empresa para la que trabaja organizó en el Estadio Benito Villamarín, y sobre el que ya hemos hablado en otras ocasiones. De trato agradable, no tarda en contarnos cómo llegó a trabajar para una de las principales casas de apuestas de este país: «Llevo relativamente poco tiempo trabajando en Sportium, dos años. En un principio, empecé ayudando en el departamento de Desarrollo y Expansión. Dado el crecimiento de la empresa, hubo una reorganización. Ahora estoy focalizado en el Departamento Central se Servicios de la compañía. Dentro de Andalucía, una vez hecho el trabajo del desarrollo de la normativa, entramos nosotros para ayudar en las relaciones con la administración y facilitar la expansión». Licenciado en ADE, antes de trabajar en la industria del ocio, probó en otros sectores: «Vengo, además, de un sector opuesto al ocio, trabajaba en una family office. Acabé en Sportium por puro azar, fui a hacer una entrevista que no tenía nada que ver y acabé aquí».
Es catalán de nacimiento, aunque de ascendencia andaluza: «Soy de hecho la primera generación nacida en Cataluña». Y le gusta el sur, que reconoce también como su tierra: «Aunque en esta primera fase no es necesaria una mayor implicación por parte de Sportium, en una segunda sí es probable que se destine parte de la plantilla a Andalucía. A mí desde luego no me desagradaría vivir en el sur». Conoce bien Málaga y Granada: «Tengo familia en las dos ciudades; me encantaría tener la oportunidad de pasar algún tiempo en Granada. Además, es una ciudad en la que hay mucha afición al baloncesto». Llenos de orgullo granadino, preguntamos por el tema del baloncesto: «He practicado mucho el basket. Llegué a jugar en Primera Regional en Cataluña. Jugaba de 3, de alero. Aunque también me gusta el fútbol, y extrañamente, soy del Barça [risas]». No es extraño teniendo en cuenta que nació y se crió en la capital de Cataluña. Lo extraño es ver a gente en los estadios de toda España a gente apoyando a Madrid o Barcelona en lugar de al equipo de su ciudad. Pero así somos, medio país es el ying, y la otra mitad, el yang. No hay espacio para el yeng, el yong o el yung.
Nos despedimos con la promesa de volver a charlar en otra ocasión, a ser posible en Granada. Carlos Jiménez es de nuestra edad y ya saben, si te encuentras con alguien de tu generación que además te cae bien, siete minutos de conversación se quedan cortos.
