«Hoy en día tenemos un sector maduro, profesionalizado, controlado y comprometido».
Durante la celebración de trigésimo sexta edición de la Feria Internacional del Juego el Cuerpo Nacional de Policía jugó un destacado papel. Incluso ocupó un stand propio donde diferentes miembros del Cuerpo atendieron a todos los que nos acercamos a formular preguntas. Jesus Alberto Fuentes Sastre, Jefe de Servicio de Control de Juegos de Azar, fue una de los rostros más reconocibles y tuvo a bien contestar nuestras preguntas. Esto fue lo que nos contó.
Lo primero que preguntamos es cuándo surge una brigada diferenciada dentro de la Policía: «Nace con motivo de la despenalización del juego, en el año 77. Surge una necesidad de crear un cuerpo que pusiese un poquito de orden; por eso, en el año 78 se crea la Brigada Espcial del Juego, dentro del organigrama del Cuerpo Nacional de Policía, con el cometido de velar por el cumplimiento de la normativa en materia de juego. En aquella época se trataba de una competencia nacional. Al principio, el juego requería una mayor labor de inspección. Cuando se abren los casinos la presencia en estos lugares era constante. Abríamos y cerrábamos los casinos. Otro tipo de actividades, como el bingo o las máquinas tienen unos mecanismos de control más sencillos. Así estuvimos hasta el año 83 u 84, en el que ese servicio permanente se sustituyó por inspecciones periódicas. Al principio eran semanales, pero se fueron dilatando. Hoy en día tenemos un sector maduro, profesionalizado, controlado y comprometido. Ellos son los primeros interesados en demostrar esa transparencia». Magnífico resumen del proceso de normalización de una industria reciente y en proceso de expansión. Hablamos de juego, si bien podría ser cualquier otra actividad.
Hombre extremadamente correcto en el trato y buen conversador, es esa clase de personas que te gustaría tener como vecino o con la que compartir un vermú el domingo a medio día mientras comentas el fútbol, la política o, sencillamente, la vida. La experiencia actúa como una especie de tamiz en las conversaciones, separando la tierra de la gramilla. Y al señor Fuentes le sobra veteranía: «Yo llevo desde el año 79. Por circunstancias que surgieron me ofrecieron el puesto y el sector me apasionó desde el principio. Tiene un encanto especial. Por supuesto, por aquí han pasado otros compañeros que no encontraron atractivo el sector. Hay que entender que nosotros no teníamos experiencia en el juego, pero es que en el país nadie la tenía. Los empresarios colaboraban desde el principio con nosotros porque había resquemores y sabían que la única forma de combatirlos era cumplir el reglamento de manera escrupulosa. Veníamos de una época donde el juego estaba envuelto en una capa de oscurantismo. Poco a poco hemos contribuido para quitar esa capa. La gente ahora sabe que este es un sector económico más». Cuántas historias jamás verán la luz, qué impotencia siento cuando lo pienso.
Le preguntamos cuál es la actualidad del sector en cuestiones de seguridad: «Este es un sector atractivo para la delincuencia porque hay dinero en efectivo. Y los atracadores esto lo saben. La mayoría de las intervenciones son de este tipo. Los empresarios nos piden ayuda y consejo, y nosotros tomamos medidas concretas para evitar este tipo de delitos. La Policía, por ejemplo, organiza jornadas de formación para el personal de los salones, que es más efectivo que la intervención por sí sola, qué duda cabe. Tratamos de formarlos sobre todo en prevención, ya que los asaltos no son espontáneos». Claro, es de una lógica abrumadora, mejor prevenir que curar. Pero para prevenir antes hay que conocer bien la naturaleza del peligro al que nos enfrentamos, y para ello la colaboración entre la Policía y la sociedad civil se ha demostrado fundamental.
Jesús Alberto Fuentes Sastre es algo críptico a lo que su vida privada se refiere, algo comprensible teniendo en cuenta el cargo que ostenta. Le interpelamos sobre qué le gusta hacer en su tiempo libre y se limita a contestar: «Me gusta mucho la fotografía. Y el deporte. ¡Hay que divertirse también en esta vida!». Y qué quieren que les diga, a mí me vale con eso.
Es muy frecuente ver en las películas norteamericanas a personas de uniforme mezcladas con la población civil en todo tipo de actos, pero en España es algo extraño. Quizás se trate de un fenómeno similar el del sector del juego: son actividades que durante mucho tiempo estuvieron tras velos artificiales que perjudicaron, y mucho, la imagen que ofrecían a la opinión pública. Con el paso del tiempo todo se va normalizando, pero qué duda cabe que hay ejercicios que ayudan, y mucho, a enderezar la situación. Personas como Jesús Alberto Fuentes son el mejor ejemplo.