«En este sector te lo pasas bien, quieras o no».
Hablamos con Rafael en la barra del Palacio de Congresos de Torremolinos, a primera hora de la mañana, mientras tomamos café. Es el último día de feria, y la jornada se presenta implacable. El trabajo no entiende de tiempo, y hay muchos productos que mostrar y vender, así que tratamos de ser breves. Actual Delegado Comercial de Zitro en Andalucía, está vinculado como profesional a la industria del ocio desde 1984. Y no como mecánico, o como comercial, sino como jefe de seguridad del Casino de Torrequebrada. Desde entonces no ha conocido otro sector. Esta es su historia.
«Comencé en el juego, y aquí sigo, pero que con veinticuatro años no conocía nada del sector. En los casinos siempre tenían ofertas de trabajo, pero yo empecé en seguridad directamente. En tres o cuatro años pasé a ser jefe de seguridad, y luego a la dirección de la empresa. Además en encargarme de la seguridad del complejo, era el director de máquinas del casino. Entre 1984 y 2006 mantuve mi vinculación con el Casino de Torrequebrada. Entre 2006 y 2017 estuve abriendo el mercado de las máquinas B4 en Andalucía, pero la empresa para la que trabajaba se declaró en concurso de acreedores. Me marché, y a las dos semanas Vicente [Fernández] me llamó. Querían contar conmigo para el proyecto en Andalucía, así que me entrevisté con Manuela Jiménez, y hasta ahora». Sí, es una historia normal, entendiendo por normal como habitual. Ello viene a demostrar que esta industria está hecha para la inmensa mayoría de las personas, que encuentran con relativa facilidad cobijo bajo el paraguas de un sector que incluso en épocas de crisis sigue generando ingresos. Y puestos de trabajo, mal que les pese a algunos. La prueba es que Rafael Delgado no ha necesitado cambiar de ramo. Es, además, una muestra de que todo el que muestra su valía acaba por encontrar su sitio dentro del juego. Dos semanas tardó Zitro en ponerse en contacto con él. En dos semanas se convirtió en el Delegado Comercial de Zitro en Andalucía.
Conoce el negocio desde la experiencia, un valor insustituible. Incluso nos cuenta que él conoció «la feria de Torremolinos desde el principio, desde las antiguas». Comentamos entonces el cambio de usos y costumbres en este tipo de eventos y de cuánto ha cambiado todo desde entonces. La palabra “profesionalización” es la más recurrente. Eso sí, el buen ambiente siempre ha sido una constante año tras año, como él mismo indica: «Es que te lo pasas bien, quieras o no. Como anoche, en la cena, es que estás a gusto. Te pueden dar las 3 sin darte cuenta, y al día siguiente estás cansado, pero de buen humor». Es lo que tiene estar entre amigos.
Rafael Delgado es un hombre sin estridencias, lo que se refleja también en sus costumbres: «Soy de Málaga, pero vivo en Benalmádena desde que empecé a trabajar en el casino. Tengo aquí a mi mujer,a mis hijos, mi casa… Lo que me gusta es estar en la casa con la familia; tengo una hija con dieciocho años, y un hijo con catorce. Mi hijo, además, es un apasionado del deporte, hace taekwondo y ha sido campeón de España varias veces en su categoría. Hay que cargar pilas cada vez que se puede porque Andalucía es muy grande. Y aunque somos un equipo comercial fantástico, tenemos mucho trabajo».
Nos despedimos de Rafael y nos terminamos el café. Hablamos de cómo estaremos dentro de unos años, y la verdad, la estabilidad no es algo que rechacemos. Y si es dentro de este mismo sector, tanto mejor.
