«Viajamos mucho por trabajo, sobre todo para investigar, ver casinos; invertimos mucho en formación».
Pilar Mancilla es la segunda persona con la que tuvimos la oportunidad de hablar cuando visitamos las instalaciones del Grupo Vid en Málaga. Directora Comercial de la compañía, es una mujer joven -le tuteamos de manera instintiva-. Tanto que, si no nos cuadra su edad con el cargo que desempeña, aún más nos sorprende la experiencia que tiene en el sector: «Llevo veinte años en el sector, venía del mundo del turismo. Yo estaba con el que entonces era mi novio -hoy es mi marido- y ya se veía que esta se iba a convertir en una gran empresa, por eso Isabel me reclutó. Y hasta el día de hoy».
Le pedimos que nos cuente más detalles: «Empecé a trabajar con diecinueve años en una agrupación hotelera, Hoteles con Encanto. Por aquel entonces ya habían nacido los primeros salones Vid Boys, así que los fines de semana dejaba lo mío para ayudar a David [Fernández] en la celebración de algún aniversario o de alguna fiesta infantil. En aquel momento eran pocos los centros de ocio que tenía Vid, pero Isabel ya tenía decidido que quería dar el salto dentro de los centros comerciales. A pesar de que estaba creciendo mucho profesionalmente en la agrupación hotelera, mi lógica y mi corazón me decía que debía empezar en Grupo Vid, junto a David. Tenía 23 años cuando Isabel me reclutó. Así lo hice y así lo volvería a hacer, porque fue una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Aquí cada miembro de la familia tiene su parcela, y una vez al mes celebramos un consejo donde compartimos y debatimos todos los temas. Todos hemos empezado en la empresa desde abajo. Hemos ido aprendiendo y conociendo todos los departamentos, por eso el engranaje funciona a la perfección».
Pilar habla castellano con una dicción exquisita. Tanto, que le preguntamos si le gusta vivir en Andalucía porque damos por hecho que no es oriunda del sur. Nos contesta con una sonrisa: «Soy de Cádiz, pero desde los trece años me he criado en Málaga. Mi padre era Guardia Civil y pidió trasladó a Benalmádena, por aquello del boom turístico». Un patinazo épico como pocos, sin duda. Ella sonríe divertida y añade: «Se me habrá pegado el acento de David [Fernández]».
Aprovechamos para preguntar a Pilar Mancilla cómo una emprendedora asturiana, Isabel Rodríguez, junto con un empresario argentino, Fabián Vergara (por aquel entonces, técnico especializado de nuestro sector), deciden establecerse en Málaga: «Isabel conoció a Fabián cuando visitaba a un operador. Ella iba a las instalaciones del operador y le atendía Fabián. Ella vivía en Madrid y él, en Benidorm. ¡Y se enamoraron! Así que decidieron buscar un destino que no tuviese nada que ver ni con uno, ni con otro». Se dice que el amor mueve montañas, pero también puede ser responsable del éxito de las empresas. De hecho, nunca he visto moverse una cordillera, pero sí he sido testigo de la notoriedad que ha alcanzado el Grupo Vid. Es igual de bonito, pero bastante más rentable.
Madre de tres hijos (de catorce, quince y diecisiete), intuimos que no es una persona que pueda gozar de mucho tiempo libre. Y cuando nos cuenta que «viajamos mucho por trabajo, sobre todo para investigar, ver casinos; invertimos mucho en formación. Todos hemos hecho un máster en San Telmo, hacemos cursos… es rara la semana que no tenemos un seminario de APD, de San Telmo o de ESIC», pensamos que es imposible que tenga algún hobbie. Pero nos equivocamos: «Soy una devoradora de libros, tengo una enfermedad [risas]. Leo novelas. Me gusta mucho la novela argentina. Es como el cine, que en España es muy desconocido, y es buenísimo. Televisión no veo mucho, y el cine me gusta, pero sobre todo el raro: coreano, por ejemplo [risas]. Musicalmente no estoy definida. Igual estoy escuchando una canción de Pablo Alborán y la siguiente que suena es Maroon 5». De todos los lugares que ha visitado, y no han sido pocos, destaca Asturias, por cierto.
Nos despedimos y, ya de pie, comentamos que nosotros éramos usuarios del Vid Boys que había en un centro comercial de Granada. Nos contesta: «Le teníamos mucho cariño a ese salón. Era tal el arraigo del Vid Boys Neptuno entre los niños de Granada, que cuando hacíamos fiestas de aniversario los guardas de seguridad del centro comercial tenían que controlar los accesos de entrada, a veces se colapsaba hasta la autovía». El Grupo Vid siempre mira al futuro, pero qué duda cabe, el pasado siempre es un buen espejo en el que mirarse.