Mario Fernández

Nacido en Alicante, Mario Fernández es Director Técnico Comercial de Tecnausa. Tuvimos una sincera charla durante la jornada previa a la inauguración del 7 Expo Congreso, cuando el Palacio de Congresos de Torremolinos era un hervidero de carretillas y trabajadores que velaban para que todo marchase como es debido desde la primera hora del día siguiente. Nosotros decidimos salir a un balcón para estar más tranquilos y fumar de paso un cigarrillo. Desde el principio el tono de la conversación fue relajado. Además de la conexión generacional (somos todos de la misma quinta),  tenemos muchas cosas en común con él, aunque él no lo sepa. Pero vayamos al grano.

«Yo siempre me he movido en la parte técnica comercial. No sé si es por mi manera de ser, porque me gusta hablar con todo el mundo, pero una jefa que tuve me vio potencial y así comencé a trabajar». En efecto, Mario es un buen conversador. Habla de una forma extraordinariamente directa y sin ningún tipo de complejos. No teme dar su punto de vista. Y lo que es más importante: es que tiene un punto de vista. Es una persona que ha reflexionado sobre lo que ha visto, ha obtenido sus propias conclusiones y defiende lo que él considera podrían soluciones. «La competencia, sana, es necesaria. Este sector se ha adaptado muy bien a la competencia, pero ha necesitado tiempo. Los grandes fabricantes se han adaptado muy bien a la tecnología, al operador le ha sido más difícil. El trabajo del mecánico, por ejemplo, ha cambiado mucho. La legislación, en algunos casos, tampoco ha ayudado, el impuesto debería estar más equilibrado. Además, la entrada de grandes grupos ha supuesto que algunos operadores pequeños se hayan fusionado y creado una empresa grande, más fuerte. Para Tecnausa es bueno que haya muchos salones, pero nuestros clientes son también amigos en muchos casos, se  crean vínculos, y te preocupas porque les vaya bien. Pero esto ha pasado en todos los sectores, aunque a este sector no había llegado. Ya sí, y ése es el tema».

Equipo de TECNAUSA en el pasado Expo Congreso Andaluz

 

Y pese a su juventud (nació en 1979), habla desde una experiencia inesperadamente dilatada: «Empecé con dieciséis años limpiando máquinas. Estuve trabajando en varias empresas del sector, y cuando terminé mis estudios me especialicé en redes y sistemas. Entonces me hicieron una oferta de una empresa muy importante de Elche. Hacía trabajo de campo. Luego en esa misma empresa me ascendieron a director técnico comercial. Y luego, por casualidades de la vida, decidí dar un cambio. Entré a formar parte de la familia de Tecnausa porque pedían un puesto que era mi perfil, clavado. Buscaban un técnico electrónico con conocimiento en redes informáticas. A los seis meses me dieron la oportunidad de llevar toda la sección de SAT del área de recreativo y monética. Acepté, y en octubre de este año me pasaron a llevar toda la parte técnico comercial de la empresa. La parte comercial pura y dura la llevan, por un lado Lorena [Giner] como directora del departamento y Elena [Chinchilla] como responsable de marketing recreativo. Y encantadísimo. La gente, un pasada, no esperaba esta aceptación por parte del sector y me siento muy agradecido. A nivel profesional, mejor todavía. Y batallando día tras día [sonríe]». Tecnausa es una empresa familiar, pero en el más amplio sentido de la palabra. Y Mario ha conocido otras industrias: «He vivido otro sector, pero siempre desde la informática. Este sector tiene la particularidad de los propios clientes». Sentencia al final: «Que te copien es un buen síntoma, y una manera de mejorar». Hablamos durante un buen rato sobre cómo la propia idiosincrasia del sector ha generado una diferencia notable entre esta y otras industrias, y que marca sin remedio las empresas, pero también a las personas que la componen.

Él es, además, optimista: «El tipo de jugador también ha cambiado, notamos una evolución a un perfil más profesional y más orientado al ocio; los fabricantes han adaptado sus máquinas al nuevo tipo de cliente, y el operador por su parte también está potenciando los salones, porque ahora es lo que se demanda. Eso es lo que yo veo». La realidad parece darle la razón. Las previsiones no dejan de ser eso, meras previsiones. pero la empresa privada tiende menos al error en este sentido.Terminamos: «El poco tiempo libre que tengo lo dedico a mis hijos, a las motos y mi madre. Y algún viajecito para mí, que también me lo merezco [risas]. Y a mi pareja, por supuesto, que también le gustan las motos [risas]. Soy rutero, me gustan las maxitrail. Pasé mi época de las R, claro, pero ya me llaman otras cosas». Seguimos charlando lo que da de sí el segundo cigarrillo y nos emplazamos para continuar la conversación al día siguiente en el stand de Tecnausa. Allí nos vimos.

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