El astrágalo es el hueso del tobillo encargado de transmitir el peso del cuerpo al pie. También se conoce comúnmente como chita o taba y, en efecto, el juego que muchas personas conocerán como tabas debe su nombre a este hueso.
Nacido en Grecia, se trata de un juego muy extendido por toda Europa y América Latina. Es tan antiguo que, paradójicamente, el nombre científico del hueso, astrágalo, está relacionado con el juego original: el escultor clásico Polícleto realizó una escultura de una niña jugando a las tabas, esto es, una astrogolizonta, de ahí la denominación. Así que podemos afirmar que el hueso dio nombre al juego y el juego, al hueso.
El juego de las tabas es quizás el primer juego de azar conocido y documentado, y resulta similar al de los dados actual (de hecho, las tabas se consideran antecesor directo de los dados modernos). Se utiliza la taba de ciertos animales, usualmente de un cordero o una vaca, porque ese hueso tiene como característica el tener cuatro caras distintas, lo que permite apostar sobre qué lado quedará arriba al ser lanzado. Las caras, por cierto, se conocen como jete (hoyos), panza (tripas), verdugo (lisos) y rey (carneros). Los niños solían jugar con varias piezas que debían recogerse en un orden concreto. Se lanzaba primero una piedra al aire, se tomaba la taba de turno, y luego se cogía la piedra que no debía tocar el suelo. En realidad, esa es sólo una de las modalidades de juego, pues en cada región se adoptó de una manera distinta.
Pero existen, como decimos, infinidad de variantes. De hecho, mi padre me enseñó a jugar en la playa con piedras, aunque él lo llamaba igualmente tabas. Hoy en día se fabrican juegos de tabas de plástico, y no son muy difíciles de encontrar. En una conocida tienda online -sí, Amazon- lo venden por unos cinco euros y en Granada, que no es precisamente una ciudad grande, lo encontré en una juguetería sin mucha dificultad.
Centrándonos en el mundo del juego adulto, en España se sigue jugando en algunas fiestas regionales y locales, por ejemplo durante la festividades de Santa Lucía y San Andrés, en Colmenar Viejo (Madrid). Es muy popular en el Cono Sur, en especial en zonas rurales. Allí se utiliza una frase, “se dio la vuelta la taba”, para referir un cambio de suerte para mal. Hablamos, como vemos, de un juego que forma parte de nuestra cultura, que está más presente de lo que pensamos en muchos usos y costumbres y que nunca debería perderse.
