«Este sector, además del marketing clásico, maneja muy bien el análisis de datos».
La conversación que mantuvimos con Javier Hernando, Xavi, es una de las más bonitas. No sólo por el contenido, que también, sino por la forma de ser del propio Xavi Hernando. Nos resultó cercano, sincero y dispuesto a hablar de cualquier tema. Y no, no siempre es así.
Su historia profesional es curiosa, aunque no insólita: «llevo en Cirsa veintiún años. Entré con treinta años, después de acabar los estudios y ver otros sectores, soy licenciado en Estudios de Mercado y Marketing. No quería trabajar en una empresa en concreto, quería estar varios años en una empresa y tocar un sector, irme luego a otro… Y mira, llevo veintiún años en la misma [risas]. Llevo ese tiempo en la misma empresa y en el mismo puesto, eso es rarísimo en marketing, inusual. Mi puesto está a caballo entre ventas e I+D. Es un puesto en el que haces marketing y análisis de producto, análisis de datos. Hablo con los clientes, vemos jugar a los jugadores en los mismos bares… Pero también hay que montar los stands de las ferias. Transmitimos ideas desde el propio stand. Por ejemplo, aquí no hay azafatas como tal, hay dos chicas y un chico que son el nexo entre los clientes y los despachos, o los periodistas y los directores comerciales. Es otro concepto». Y lo es; en la pasada edición de la Feria Internacional de Madrid de 2019 el stand de Cirsa mostraba una imagen diferente. Grandes espacios, pocas máquinas y mucho contacto humano. Siempre nos hemos preguntado cuánto trabajo hay detrás de cada centímetro cuadrado, y nos sorprende saber que hay más de lo que imaginamos. E imaginamos mucho, créanme. «La Feria de Madrid la empezamos a prepara el 1 de octubre. Hacemos el briefing y contactamos con diferentes empresas para explicarles lo que queremos hacer. En diciembre nos entregan los proyectos. En enero nos reunimos diferentes departamentos y elegimos el que más interesa. Y a partir de ahí, empieza el trabajo. Reuniones, diseño… es bastante tiempo». Empiezan en octubre, y la feria es en abril. Increíble.
Como él nos señala, «este sector, además del marketing clásico, maneja muy bien el análisis de datos. Vemos a qué se juega, por qué se juega… El jugador juega o no, no es como el yogur, que puedes comprar una marca u otra, pero al final compras un yogur». Es lógico pensar que nada puede quedar al azar en una industria donde la competencia no siempre es un rival comercial.
Nos llama la atención la sensación de sinceridad que transmite Javier Hernando. Invita a preguntar sobre cualquier tema. Pero nos termina de sorprender (y conquistar) cuando le preguntamos por las aficiones. «Mi hobbie es la cocina… En realidad tengo dos hobbies. Tengo dos hijos de once y doce años, y mi hijo mayor es autista. Junto a mi mujer hemos hecho una asociación para promover el mundo accesible. Por ejemplo, nos reunimos con el director de El Corte Inglés para ver cómo pueden hacer el centro comercial accesible. Cuando ponen en Navidad el Papá Noel que recibe a los niños, nosotros formamos al Papá Noel y a los pajes y buscamos la forma de que los niños con autismo no hagan colas o tengan su propio horario. Otro ejemplo: salas de cine donde los niños se puedan levantar y estén siempre iluminadas o que se puedan levantar durante un concierto en el Liceo. O hacemos una formación específica para las líneas aéreas». Admiramos y agradecemos que comparta ese tema con nosotros. Pero sobre todo agradecemos su labor, que es encomiable. Dar normalidad y visibilidad es esencial. Como él mismo señala: «Se calcula que una de cada sesenta y cinco personas tiene algún tipo de autismo. Mi vida no es lineal, voy a tope todos los días, pero la formación es esencial. Ahora mucha gente se está especializando porque se están dando cuenta de todo lo que se puede hacer, que es muchísimo». No podemos añadir nada más. Continuemos.
«Y como os decía, la cocina. Sobre todo el match cooking [cocinar durante unas horas la comida de toda la semana, usualmente en grupo] porque yo no tengo tiempo de cocinar. Así que los sábados o los domingos quedamos, intercambiamos recetas… es mi pasión. En Barcelona hay un restaurante en la calle Limón que se llama Les Truites [Las Tortillas], las tortillas son lo que más me gustan. Me sorprende que haya gente que vive noventa años y sólo ha probado la tortilla francesa y la de patata. Puedes hacer cien tortillas diferentes con la de patata como base». Parecen dos hobbies opuestos, pero Javier Hernando nos explica que a él «gusta el tema social, y la cocina y la asociación lo son. Me gustan las series, pero tengo dos hijos, no tengo tiempo, ya las veré. A mi hijo, por ejemplo, le encanta la piscina, y vamos siempre que podemos». Nos deja, literalmente, sin palabras, así que le pedimos que pose para la foto y nos despedimos. Cualquier cosa que añadamos resultaría irrelevante.