Ya comentamos hace un tiempo que las empresas de todos los ramos han tenido que adaptarse en mayor o menor medida a la situación actual. Muchos sectores, pocos, no se han visto directamente afectados; pero incluso estas industrias, ya sea por relación indirecta con los sectores más perjudicados, ya sea por las medidas restrictivas adoptadas por las distintas administraciones, han modificado el normal funcionamiento de la actividad.
La aparición de varias vacunas para el SARS-CoV-2, unidas a los avances en la investigación sobre la enfermedad producida por el virus, nos hacen ver la salida ca día un poco más cerca. Una luz al final del túnel que consistirá, entre otras cosas, en una recuperación de la actividad. Es por ello que las empresas han de seguir preparándose para ese ansiado momento: el tiempo no se ha detenido, si acaso, se ha ralentizado.
IPS, que fue el caso concreto que tratamos, ha optado por ofrecer webinars donde explican y promocionan sus distintas herramientas para la gestión integral de salones. Para en ello se han servido de diferentes plataformas. En todos los casos el acceso a las conferencias ha sido totalmente gratuito y sencillo: un par de clics de ratón siempre han sido suficientes para acceder a la información. Novomatic, por su parte, organizó una presentación en línea para su máquina NovoLine Gold. Una fiesta virtual en la que empresarios representativos de cada comunidad autónoma comentaron diversos aspectos del producto e intervinieron los principales representantes de la marca austríaca en España; como es costumbre en la compañía, no faltaron las promociones y los sorteos. MGA, por su parte, emitió en directo un espectacular vídeo, de producción impecable, en los que mostraron los productos presentes y futuros que la tecnológica propone para la industria del ocio. En todos los ejemplos mencionados se ofreció a los cibernautas la posibilidad de formular preguntas, por supuesto.
Esta nueva forma de interactuar con los clientes tiene una serie de inconvenientes, por supuesto. El trato cercano, directo y personal, tan característico de este sector, no es fácil (cuando no imposible) dispensarlo a través de una pantalla. En este sentido, la imposibilidad de que los operadores prueben por sí mismos las características de tal o cual mueble puede resultar un obstáculo para la venta del producto. Por otro lado, es más complejo recibir el feedback de los clientes: una conversación espontánea no es comparable con la frialdad de un chat. Y podríamos enumerar unas cuantas cuestiones más.
No obstante, cabe señalar también las virtudes, que no son pocas: los eventos en línea son mucho más económicos y no requieren tanta logística. No existe límite de aforo, y la asistencia es mucho más fácil, pues no requiere desplazamientos y basta con tener un dispositivo con acceso a internet y capacidad de reproducir vídeo. Además, con los medios actuales, la imaginación es prácticamente el único límite a la hora de diseñar un evento; el avance tecnológico ha democratizado el acceso a medios que hace una década sólo estaban al alcance de grandes estudios de cine o televisión, y una pequeña empresa familiar puede crear una presentación tan impactante como la de una gran multinacional.
Sin duda, cuando el sector recupere la actividad previa a la pandemia volverán las presentaciones, los almuerzos y los cafés. Sin embargo, las nuevas formas de comunicación no desaparecerán y convivirán con las tradicionales. Los tiempos de crisis agudizan el ingenio y suelen traer aparejadas transformaciones que, cuando son positivas, se mantienen incluso una vez pasadas las dificultades. Y muy probablemente esta sea una de ellas.