«El nivel de los eventos en España es bastante alto. Depende siempre del presupuesto y su buena gestión.»
Carlos Mena es el Director Comercial del Palacio de Congresos de la Costa del Sol – Torremolinos. Ocupa el cargo desde 2012 y, con 11 años de experiencia en su haber, ha vivido la evolución del Expo Congreso en primera persona. Como persona totalmente ajena al mundo del azar, su opinión es francamente reveladora; cambiar la imagen del sector pasa por escuchar la opinión de todas estas personas, aprender de ellas. Vamos a ver lo que nos cuenta.
La primera impresión es la de ser un hombre serio, acostumbrado a las relaciones institucionales. Aunque andaluz -de Torremolinos, concretamente-, no se ajusta al perfil estereotipado extendido al norte de Despeñaperros. Sólo su acento, que tampoco es excesivo, le delata. Comenzamos la conversación preguntando cómo se organiza un evento de las características del Expo Congreso: «Cuando Luis y Enrique nos presentaron el proyecto le dimos la bienvenida y, por supuesto, todas las facilidades, contando además con la experiencia que tenemos en la organización de este tipo de citas». Impecable. Sobre la evolución de la feria también es correcto: «Va progresando, dando pasos firmes cada año; es todo muy sostenido, fidelizando a expositores y visitantes. Así es como se asienta un evento». Son respuestas precisas, que dejan muy poco lugar a la interpretación. Lo que decíamos.
Tratamos de salir un poco del ámbito profesional porque, queramos o no, es algo encorsetado que determina muchísimo el tono de la conversación. Un café es un café, y el business es el business, así que le preguntamos por su opinión acerca del negocio del azar: «Cada año voy aprendiendo cosas nuevas del sector. Por ejemplo, no conocía que las ruletas tienen la obligación de dar un mínimo del 70% en premios». Cosas como esta tienen que publicitarse, que saberse, que venderse. Son las que hacen que cambie la consideración sobre un mundo que, para la mayoría, es desconocido.
Interpelamos sobre el nivel de los eventos fuera del país, y Carlos lo tiene claro: «El nivel de España es bastante alto. Depende siempre del presupuesto. Las posibilidades económicas determinan, por ejemplo, las actividades paralelas, como conferencias». Igual sucede cuando intentamos averiguar diferencias entre una feria del sector del juego con respecto a la de otra actividad económica: «En esencia, todo evento tiene las mismas bases; luego se va adaptando a las características de cada tipo de negocio».
En el aspecto personal, Carlos Mena prefiere la playa al campo, algo lógico, siendo oriundo de una ciudad costera. Sin embargo, sobre cine y literatura declara tener unos gustos eclécticos. Algo parecido sucede con sus debilidades musicales. Destaca, no sin reflexionar, Queen y Pink Floyd. No puedo estar más de acuerdo.
Acabamos la conversación con la convicción de que personas como Carlos acabarían con el (los) estigma(s) que tenemos los andaluces. Prejuicios que también afectan a los empresarios del juego, y que han de prestar atención a lo que se destaca de ellos y jugar, nunca mejor dicho, sus bazas.
