Antonio de María

Antonio de Maria

«No puede haber máquinas sin bares, ni bares sin máquinas»

Antonio de María es el actual presidente de HORECA que, como muchos ya sabrán, es la patronal que aglutina a los empresarios vinculados con el mundo de la hostelería; por tanto, no es difícil intuir qué relación mantiene con el mundo del juego. Según sus propias palabras: «Estamos condenados a entendernos. No puede haber máquinas sin bares, ni bares sin máquinas». Tan implicado está con la causa, que hablamos con él cuando acude a la reunión de AGARE en calidad de invitado. O de amigo, porque a estas alturas las líneas que separan las relaciones personales de las profesionales comienzan a ser difusas. Vamos a conocerlo un poco mejor.

Antonio de María es de esas personas acostumbradas a hablar con la prensa. De hecho, lo primero que nos pregunta -sí, él a nosotros- cuando nos sentamos en la terraza de una cafetería de la Plaza Candelaria de Cádiz es cuánto tiempo de entrevista necesitamos. Le contestamos que lo que él necesite para relatarnos su historia, y esto es lo que nos cuenta: «Empecé en el año 63 como botones en el Hotel Playa. En 1968 me contrataron en el Hotel Atlántico, ya como recepcionista. En 1970 comencé a trabajar en Isecotel, pero duré poco porque en 1971 me hice empresario: un socio y yo cogimos un hostal. En 1974 abrimos el primer restaurante chino de Cádiz. En 1982 abrimos otro, también Cádiz. En 1984 inauguramos otro restaurante en Algeciras». Nunca me cansaré de repetir la admiración que me produce la facilidad para recordar años que tienen determinadas personas.

En 1982 se une a HORECA, asociación que preside desde 1988: «Me dijeron que sería cuestión de dos horitas al mes, pero al final se ha convertido en dedicación plena. He ocupado puestos de todo tipo en diferentes asociaciones. Ahora, por ejemplo, soy presidente de TECNOTUR. Todos estos cargos son sin remuneración alguna, claro, esa es la gracia». Entonces, ¿por qué se compromete a tal nivel con las asociaciones? «El asociacionismo es la única vía de interlocución válida con la administración. Si el político tiene la obligación y la responsabilidad de hacerlo bien, la nuestra es informar al político correctamente. Nuestro reto debe ser, en primer lugar, ganar la confianza del político. He conocido a cientos, quizás miles, de políticos. Muchos ahora no sé donde están, pero sus decisiones han tenido consecuencias que perduran hoy en día». Podría dedicarse a la política, sin duda, pero es algo que rechaza: «Me lo han propuesto, pero me sería imposible acatar la disciplina de partido si eso implica votar contra mis principios».

demaria-1Se refiere de manera constante a HORECA como patronal (de hecho, así se define en su página web), lo que es tan correcto como poco frecuente. Es algo que tiene tan interiorizado, que en un momento de la conversación afirma que «lo natural es que los empresarios se asocien. Entendiendo natural como algo que es de esperar». Le preguntamos entonces por su opinión acerca de los sindicatos: «Es que la patronal es un sindicato, qué te voy a decir. Los trabajadores tienen también que asociarse y defender sus intereses. Tenemos que buscar el acuerdo». Lo interesante de todo esto la claridad con la que expresa una idea que encierra una lógica aplastante. Me pregunto por qué no se le llama a las cosas por su nombre más a menudo. Negar la realidad conduce al fracaso la mayoría de las ocasiones, y quizás esa sea una de las claves del éxito asociativo de Antonio de María. Y digo quizás porque inducción no es lo mismo que deducción, ustedes ya me entienden.

Pero, ¿qué hay acerca del juego? «Bien, entramos en contacto con el mundo del juego cuando se empieza a tener en consideración esta actividad. Los ingresos de las máquinas eran un refuerzo importantísimo para los dueños de los bares. Personalmente, yo conocí el juego a través de CIRSA y Miguel Matarí. En cuanto se dieron cuenta de que el juego es una vía de ingresos, la administración empezó con los gravámenes. Se castigó en exceso a los empresarios. Sin embargo, el sector ha sabido posicionarse. Una vez eliminados los miedos hay que potenciar esta industria, hace falta crear puestos de trabajo». Pero, ¿por qué el juego precisamente y no el tabaco, por ejemplo? «Bueno, es que hace falta un cambio cultural para utilizar correctamente algo nuevo. Pasó incluso con la democracia, que cuando llegó sacaron hasta manuales que vendían en los kioskos. A todos los cambios hay que acostumbrarse». Cuánta razón. Ojalá la realidad acabe por darle la razón.

Antonio de María es de Cádiz, Cádiz, como suele decirse. Tanto, que nació sobre el primer asentamiento fenicio que dio lugar a la fundación de la ciudad. Atleta cuando era joven, disfruta del deporte por televisión «siempre que sea de calidad. Me encantan las Olimpiadas». Le gusta la playa, pero por una cuestión de cercanía: «Hay que disfrutar de todos los momentos. Vosotros, aunque sois jóvenes, seguro que tenéis canciones que os recuerdan momentos especiales; cuando sonaban esas canciones no eráis conscientes de la importancia que iban a tener después, ¿verdad? Pues hay que darse cuenta de la importancia de cada momento, de cada situación, vivir». Lo difícil de ese ejercicio es darse cuenta antes de que sea demasiado tarde. Por eso hay que escuchar siempre a las personas que tienen más experiencia y, sobre todo, hacerles caso.

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