Miguel Ángel González Barona

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«Defiendo un sector que, junto con el turismo, supone el 7% del PIB en este país»

Miguel Ángel González Barona es el actual Secretario General de ANDEMAR Comunidad Valenciana. Casado y con dos hijos -Yoel Adrián y Mauro Eder-, hablamos con él en el pasado Expojoc durante más de media hora que nos supo a poco. Ya no sólo por su historia, o sus opiniones, si no por el tipo de conversación que mantuvimos; siendo los tres fumadores (por desgracia) decidimos tomar una cerveza en una de las terrazas de la Feria de Valencia.

El tema es que la historia personal de Miguel Ángel es de esas que merecen la pena ser contadas: «Estaba preparando las oposiciones para Abogacía del Estado -probablemente, la oposición más dura en España-. Cuando ya estaba en todas las quinielas para entrar tuve varias desgracias familiares y no aprobé. Lo cierto es que las preparé por mi tío y por la época de Mario Conde que luego cíclicamente ha pasado más tiempo en centros penitenciarios que de abogado del Estado o de Presidente de un banco. Después trabajé de pasante en un prestigioso despacho de Valencia unas dieciocho horas al día sin cobrar nada. Tuve que pagarme la colegiación, y vi un anuncio de comercial para una empresa de juego. Vieron mi currículum y mi expediente académico, me llamaron, y les interesé, pero no como comercial porque, de hecho, no tenía ni idea de máquinas [risas]. Dicha empresa me llamó más tarde para que me presentara a un proceso de selección. Y me escogieron como Secretario General de Andemar y Enrique Mateu, actual Secretario General de la asociación de casinos, me ayudó mucho al principio. También es como las parejas, cuando no tienes, no te aparece ninguna y cuando tienes aparecen varias, y en esa época también me nombraron Juez sustituto, debiendo plantearme renunciar a un puesto en el que podía haber estado como mínimo durante doce años o bien seguir en el mundo del juego privado».

Una persona extremadamente profesional, estudiante vocacional de Derecho, debe, por fuerza, haberse planteado por qué está donde está y haciendo lo que hace: «Claro que me planteo qué hubiera pasado si hubiera aprobado una oposición o hubiera aceptado la plaza de Juez. Ahora veo en la televisión o en prensa amigos y compañeros de oposición que, por ejemplo, son Secretarios Generales del Ministerio de Hacienda. Yo podría estar ahí perfectamente si en ese momento de mi vida hubiera hecho las cosas correcta y linealmente en vez de divagar haciendo un MBA o el doctorado en Derecho Mercantil. Pero este sector es muy atractivo. Es muy difícil desvincularse de él, aunque tengas un despacho propio aparte, siempre acabas volviendo por su vis atractiva y su especialidad. Personalmente, me encanta estar aquí, estoy muy orgulloso de poder decir que trabajo para la asociación de empresarios de máquinas recreativas más representativa de la Comunidad Valenciana. Defiendo un sector que, junto con el turismo, supone el 7% del PIB en este país. Y como he defendido en diversos artículos, estoy orgulloso de pertenecer al juego, no me arrepiento en absoluto y así lo expongo a mis alumnos como tutor de empresa de la Universidad de Valencia y profesor en el Colegio de Abogados y en el MBA de la Facultad de Económicas en mis clases sobre grupos de sociedades y lobbies empresariales». Además, es colaborador de la Fundación de la Justicia participando en la redacción del pacto de la sociedad civil valenciana contra la corrupción, de la Fundación Proyecto Hombre y colabora con la construcción de  escuelas en Zimbabwe.

miguel angel 2Miguel Ángel maneja datos y cifras como nadie. Apuesto a que las presentaciones de diapositivas las escribe de memoria. Pero de lo que sí estoy seguro es que ha de ser un interlocutor durísimo para la administración, porque la lógica de sus reflexiones es a prueba de políticos: «El juego es un sector infravalorado. Seguimos siendo un sector en proceso de normalización, tenemos por ejemplo una doble imposición. Además de contribuir a las arcas públicas, genera dos mil empleos directos y más de treinta mil indirectos. Es una actividad muy importante para la hostelería. Y, sin embargo, seguimos con reglamentos decimonónicos y encorsetados. Es injusto, sobre todo comparado con el juego online, al que debería equipararse en algunas regulaciones». Estamos en un momento histórico en el que cualquier cosa anterior parece decimonónica. No se imaginan hasta qué punto esto es algo sintomático y lo más injusto es que por desconocidos seguimos siendo demonizados ab initio.

No quiere dejar el tema profesional sin comentarnos lo siguiente: «Me gustaría dignificar el sector. No hay nada que ocultar. Me considero un privilegiado por pertenecer a la industria del juego privado en España en general y en la Comunidad Valenciana en particular. Es un sector de empresarios hechos a sí mismos». Últimamente han mejorado su imagen las apuestas, el Ministro de Justicia y el juego online. Me pregunto dónde hay que firmar.

Pero Miguel Ángel González tuvo otras vocaciones, y todavía las mantiene: las de escritor, filósofo y, sobre todo, la de periodista deportivo; desde niño se sabía de memoria las alineaciones de todos los equipos y hacía con las manos, una bola de bingo como pelota y una silla como portería partidos europeos imaginarios: «Gracias a las apuestas deportivas he podido desarrollar un poco esa vertiente. He tenido la oportunidad de escribir artículos, antes he estado con periodistas en las cabinas, he podido ver partidos a pie de campo… Es un mundo que siempre me ha gustado». Debe de ser, entonces, seguidor de algún equipo. ¿Adivinan cuál? «Del Valencia, soy seguidor del Valencia, por supuesto». Después de charlar durante casi cinco minutos sobre Rafa Benítez nos cuenta que él ha practicado fútbol, fútbol sala, natación y pádel. Y sigue practicando, añadiendo el gimnasio a la ecuación.

Como buen lector de la ya extinta revista Don Balón, tiene preparadas las respuestas de nuestro fast test porque ya se las planteó en su momento cuando leía las entrevistas de los jugadores del Valencia. En lo tocante a música, prefiere «por este orden: U2, sobre todo In The Name Of Love; Bruce Springsteen y su canción The River, Hymn de Ultravox  y el pop español de los 80, en especial Pero a tu lado, de Antonio Vega». Se define cinéfilo, aunque destaca «Cadena perpetua, El precio del poder, El cazador y el principio de Up que sintetiza toda una vida». En cuanto a libros, nos habla de Los jefes y Los cachorros, de Vargas Llosa y El amor en los tiempos del cólera, de García Márquez. Sus gustos gastronómicos son eclécticos: «Me gusta todo lo que me pueda sorprender, la cocina de autor. Pero me encantan los pepitos y los calamarcillos rellenos que hacía mi madre».

Conoce Andalucía y le gusta «sobre todo por la gente. El clima es parecido al de Valencia, pero la gastronomía, la gente… estuve un verano con mi hijo en su segundo año de vida en Huelva que recuerdo especialmente con cariño». Hay de todo, pero una cosa es verdad: todas las situaciones, siempre, tienen dos puntos de vista. Nuestro mérito es saber aprovechar lo mejor de cada momento. Como bien dice Miguel Ángel, «el vaso puede estar medio vacío o medio lleno, entonces era entonces y ahora es ahora y todo consiste en proponerse vivir o en proponerse morir».

Nos despedimos de Miguel Ángel González y comentamos mi compañero y yo que otro día, en otro lugar, seguiremos la conversación en donde la dejamos. Por el gusto de conversar.

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