«Lo que yo he podido aportar luego se ha visto reflejado, y eso llena. Sobre todo si empiezas barriendo»
La gente joven siempre suele hablar con nosotros con cierta tensión; quizás la conciencia de la falta de experiencia unida al ímpetu de la juventud les hace temer la posibilidad de decir algo que les pueda comprometer. Pero eso, a los pocos minutos, suele diluirse.
Ese es el caso de Leonardo Cano. Nos cuenta sus inicios en el sector con voz seria: «Empecé en el sector de la aeronáutica, pero hubo un ERE y fuimos muchos a la calle. A mi padre le hacía falta gente y mientras me salía otra cosa me vine con él. Y creo que aquí me quedo. Primero por la satisfacción que supone trabajar para uno mismo. Además del esfuerzo de aprender un oficio y levantarlo día a día».
Poco a poco, el tono se va relajando: «Aquí empecé desde cero, literalmente barriendo. El primer kit que monté fue del paso del rodillo-rodillo a pantalla-rodillo. La primera máquina tardé un mes en montarla [risas]. Ahora los monto sin ningún problema. Aprendí a base de experiencia, de trabajar. Conforme he ido aprendiendo me he dado cuenta del esfuerzo que hay detrás. Hace poco celebramos el quinto aniversario de la empresa y estuve hablando con algunos clientes sobre el esfuerzo del trabajo y su recompensa. Esa es otra de las razones por las que me quedo aquí ya que, por otro lado, me siento muy cómodo con la aceptación y el trato que me han ido ofreciendo los clientes con los que he ido tratando hasta ahora; lo que yo he podido aportar luego se ha visto reflejado, y eso llena. Sobre todo si empiezas barriendo». Mucha gente joven debería leer esto. Cuando algunas personas mayores me contaban que habían empezado de botones en un hotel para acabar dirigiéndolo pensaba que ese tipo de oportunidades se extinguieron en los años 70. Y no, no es así.
Le preguntamos si le gusta la industria del juego y contesta con sinceridad: «No me disgusta; a ver, es que llevo aquí muy poco tiempo y todavía es pronto para decir si me gusta o no. Me llama la atención, me despierta curiosidad, pues veo un gran potencial además de los constantes avances tecnológicos con los que trabajamos a diario». Sobre el futuro, comparte la filosofía que defiende su padre, Esteban Cano: «Pienso que es prometedor. Están surgiendo nuevos añadidos, como las apuestas, que pueden venir muy bien. Los operadores también deben abrirse a las novedades. Tenemos que tirar para adelante porque hay que trabajar todos los días sí o sí».
Se declara poco futbolero, aunque de pequeño era seguidor del Betis. Apasionado seguidor de la Semana Santa, lleva «dos años sin poder salir de costalero porque me lesioné. Por mí saldría en todas, pero no puede ser, ya es por responsabilidad». Fan de Juego de Tronos, se inclina más por la familia Stark. Le gusta el cine de ficción como «Los Juegos del Hambre, El Señor de los Anillos o Harry Potter. Frikadas de ese estilo [risas]».
Como suele ocurrirnos con cierta frecuencia la conversación acaba siendo una entretenida charla sobre videojuegos, afición que compartimos Leo y servidores: «Me gusta el League of Legends o el World of Warcraft». Esos son juegos en línea, obligan a interactuar con otras personas, muchas son de otras nacionalidades: «Sí, es raro que juegue solo, aunque de vez en cuando me apetece. Es una afición que comparto con mis amigos y solemos hablar bastante de como también han avanzado los juegos desde que empezamos de pequeños». Este tipo de juegos están cambiando la manera de entender el entretenimiento electrónico y ha surgido un mundo competitivo (los famosos eSports) que cada vez guarda una relación más estrecha con el sector del juego. Quizás Leo, sin saberlo, se esté preparando para el futuro de la industria del ocio para adultos. Nunca se sabe.