«Las apuestas han unido el juego a factores positivos, como el deporte»
Carlos Duelo (Barcelona, 1968) es Jefe de Relaciones Institucionales de CIRSA. Es una de las personas vinculadas al sector que conocimos en nuestros primeras tomas de contacto con la industria del juego, y no hemos podido hablar con él hasta casi dos años después. Recuerdo que me formé muy rápido una idea de cómo es Carlos y, por una vez, acerté.
Charlamos con él en el 5 Expo Congreso, y esta es su historia: «Estudié Económicas en la Autónoma de Barcelona. Cuando acabé, estuve trabajando en el sector financiero, seguros, gran consumo… Surgió la posibilidad de vivir fuera de Barcelona, cambiar de aires. Pasé el proceso de selección y aterricé». Aunque conoce la empresa antes de trabajar para ella, ya que «CIRSA se estudia en la facultad como caso de éxito», llega al sector sin ningún prejuicio. Nos preguntamos si es que antes el juego generaba menos recelos, y pedimos a Carlos que nos dé su opinión: «Pues yo creo que la consideración social del juego no ha cambiado mucho. El juego está integrado en la sociedad, se habla menos de ludopatías; pero queda mucho camino por recorrer. Al no haber posibilidad de publicitarse, tampoco se ha trabajado mucho en este sentido. Los salones y las máquinas, que están integradas en los bares, han ayudado mucho. Sin embargo, todavía hay quién piensa “Mira este” cuando ve a alguien jugando en una máquina».
En este punto Carlos Duelo nos dice: «Mi hija tiene dieciséis años y un día me dijo: “ Papá, estoy preocupada, tengo amigos ludópatas”. Le pregunté que por qué decía eso y me contestó: “Porque van al casino”. Sólo por eso. Le expliqué que eso no tiene nada de malo, que el juego es una alternativa de ocio saludable que no tiene nada que ver con la ludopatía que, además, tiene una prevalencia muy baja en la sociedad. Por supuesto, son amigos mayores de edad. La verdad es que yo he hecho poca pedagogía en casa sobre el tema, pero todavía falta mucho. Las apuestas están dando eso, han unido el juego a factores positivos, como el deporte». Comentamos cómo es posible que haya jóvenes que se escandalicen por jugar un euro en una máquina y vean normal jugar doce horas diarias a determinados juegos en línea -como League of Legends-. Pero así es.
Del Expo Congreso destaca que «es un evento en el se aúna muy bien la exposición y las ponencias. La organización es un colectivo muy unido, un grupo de amigos». Y conoce muy bien Andalucía, sobre todo la costa almeriense, donde veraneaba año tras año: «Cuando estaba en la facultad iba mucho a la playa de Las Negras, en Carboneras. Hace veinticinco años había, literalmente, un bar de un inglés, y tres casa de pescadores. Ahora no tiene nada que ver, conserva su encanto, pero ya está todo explotado».
Hombre de «muchas aficiones», cuando le inquirimos sobre el tema nombra unas cuantas: «Me gusta el deporte, sobre todo el tenis, el pádel o ir al gimnasio; me gusta la música, también las motos…». Es culé, aunque se declara seguidor de los dos equipos de su ciudad. Tan es así, que fue periquito hasta su primer destino en CIRSA: «Mi padre era del Espanyol, y solía ir con él a ver los partidos en Sarriá. Era un estadio impresionante, precioso. Era muy pequeño, pero muy cercano. Escuchabas los golpeos de balón, y había siempre un ambientazo. Pero cuando empecé en CIRSA, mi primer destino fue en Santander. Me preguntaban que de qué equipo era, por ser de Barcelona, y cuando contestaba que del Espanyol, no había polémica, no generaba debate. Así que poco a poco me fui haciendo culé. Pero siempre quiero que ganen los dos equipos». Nosotros, por nuestra parte, descubrimos que Carlos tiene muchas anécdotas que utiliza para ilustrar las ideas que defiende. Eso hace que la conversación sea amena y genera cierta sensación de cercanía. Y es muy cercano, francamente, aunque sepa muy bien que todos hemos de mantener una parte de nuestra vida bajo llave, una especie de habitación adolescente en la que refugiarse cuando sea necesario. Un espacio en el que se reserva el derecho de admisión.