«Hace diez años Sportium se presentó con el mismo discurso con el que nos presentamos hoy en Andalucía: venimos a enriquecer el negocio de salones y bingos tradicional con el mejor producto y la mejor marca»
Alberto Eljarrat es Managing Director (Director General) de Sportium. Escribo el cargo en inglés porque así está reflejado en su tarjeta. Debo confesar que no es el único caso, de hecho, es lo habitual, aunque siempre suelo traducir los cargos en mi particular cruzada por utilizar en la medida de lo posible voces en castellano. Sin embargo, con Alberto he hecho una pequeña excepción porque él usa muchas palabras anglosajonas -que pronuncia de manera impecable, por cierto-, y creo que reflejan muy bien cómo es él y en qué lugar se enamoró de la industria.
Nos relata su carrera con un entusiasmo contagioso: «Entré en CIRSA en 1994 y asumí diferentes cargos dentro de la compañía. Cuando ya se hablaba de que iba a haber regulaciones autonómicas que iban a permitir las apuestas deportivas, hace ya más de diez años, me asignaron la responsabilidad de estudiar esta nueva categoría de juego, entenderla, ver el potencial, el recorrido. Me tocó analizar las claves del éxito y, a su vez, ver cuáles eran los principales players en el concierto internacional. Ese fue el origen de la joint venture entre CIRSA y Ladbroke Coral Group, que entonces ya era líder en el mercado europeo de apuestas, y lo sigue siendo tras la reciente fusión con Coral. La idea era desarrollar en España una categoría nueva, desconocida, aprovechando el conocimiento de 2 grandes compañías que se complementaban perfectamente». Mientras nos cuenta en qué consiste su trabajo entendemos la pasión que imprime al relato de su carrera; la construcción desde cero de una categoría es tan interesante como levantar un edificio, e implica la misma responsabilidad. Un fallo de cálculo y se viene abajo. Pero Alberto Eljarrat apuntala muy bien los cimientos, lo que explica la posición de liderazgo de Sportium en el mercado español. Y también justifica la emoción de su narración.
Antes de recalar en el sector ya había trabajado en el sector textil, pero «fueron trabajos que compaginaba con los estudios en la mayoría de los casos, y que no dieron la oportunidad de tener el nivel de responsabilidad que ofrecía CIRSA». Al trabajar en un grupo de grandes dimensiones ha tenido la posibilidad de conocer de cerca muchos subsectores . Le preguntamos qué actividad, de todas cuantas ha desarrollado, le despierta más cariño: «Todos los subsectores tienen su parte interesante. Me gusta mantener las relaciones con el resto de las empresas sectoriales, buscar siempre el bien común. Por eso me interesan también las asociaciones, al igual que crear nuevos proyectos. Ahora mismo estoy desarrollando un proyecto único que he tenido la suerte de liderar desde el inicio. Establecer un plan, una estrategia es muy bonito. Hace diez años nos presentamos con un discurso parecido al de hoy, se trata de generar valor al negocio tradicional. La visión que tuvimos en su momento sigue siendo la misma». Y es que con esa filosofía llegan las apuestas presenciales de Sportium. Que no haya cambiado esa visión en diez años es la muestra del acierto inicial de Alberto Eljarrat.
El Director General de Sportium nace en Cataluña en 1969, donde ha residido la mayor parte de su vida. «Profesionalmente vivía en Madrid porque durante mucho tiempo los servicios centrales de Sportium estuvieronallí. Hace tres años los trasladamos a las oficinas oficinas actuales en San Cugat». Habla inglés, veranea en Málaga, ciudad andaluza por la que siente debilidad, aunque no puede dejar de calificar Granada y Córdoba como ciudades «únicas». Cuando le preguntamos por sus aficiones nos responde una sentencia enigmática: «Tengo muchas, todas saludables, pero tampoco sé si quiero publicarlas. El deporte es importante porque permite centrarte en tu actividad diaria; además sólo tenemos un cuerpo, y hay que cuidarlo». Tiramos pues por el tema del deporte: «Soy culé. Pero desde que me dedico al tema de las apuestas lo veo desde otra perspectiva. No puedo evitar ver un partido de fútbol y fijarme en todo lo que lo rodea desde un punto de vista técnico y probabilístico, es un prisma totalmente diferente». Comentamos que el fútbol es un motor económico más, y charlamos durante unos minutos sobre el fútbol femenino.
Casi al final de la conversación Alberto resuelve: «Los clubes de fútbol tienen una capacidad de fidelizar única, eso tiene unas posibilidades tremendas. El fútbol, además, puede promover otros deportes. Por ejemplo, el Betis ha estrenado equipo de baloncesto». Se trata de un razonamiento tan evidente que me siento culpable por no haberme dado cuenta antes. Ahora puedo encajar una nueva pieza de un puzle que no sé si resolveré algún día, pero que sin duda es el más entretenido de cuantos he visto.