Siempre que hablamos con una persona que tuvo la oportunidad de asistir a los congresos antiguos de Torremolinos nos cuenta que la feria ha cambiado mucho, si bien el ambiente es idéntico. Es verdad que el Expo Congreso tiene un ambiente especial, un nosequé que lo hace distinto a todo. Hemos hablado del clima, otra veces de la comida y la bebida o, incluso, de la familiaridad y el cariño con el que nos tratamos los unos a los otros. Una representación de lo que en realidad es este sector cuando se conoce por dentro.
Sin embargo, este año haremos hincapié en los cambios. Si cualquier visitante de aquellas primeras ediciones tuviese la ocasión de ver la exposición de 2019 con los ojos de aquella época pensaría estar ante el decorado de alguna de las películas de ciencia ficción que se prodigaron por aquellos tiempos. Máquinas multijuego con un cristal a prueba de golpes de martillo, caja fuerte incorporada y un panel de mandos que soporta sin problemas el peso de un hombre adulto. Luces en el mueble que cambian en función del juego seleccionado, pantallas con más definición de la que puede apreciar el ojo humano a distancias mínimas o sistemas de acceso a locales basados en el reconocimiento facial. Juegos de vídeo en estructuras tan delgadas y ligeras que pueden colgarse en la pared de cualquier pub, sistemas de pago basados en tickets que acabarán por sustituir el dinero en metálico -lo harán, tarde o temprano- y que permiten realizar la recaudación de todo un salón en apenas media hora. Máquinas reducidas que caben en cualquier bar del país y que por su forma recuerdan a las antiguas máquinas de finales de los 80, pero con los juegos y la tecnología actuales (preciosas, por cierto). Un Expo Congreso cargado de novedades como pocos.
En 1982 se estrenó Tron, una película de ciencia ficción que bien podría hacerse realidad en forma de juego en alguna de las máquinas de realidad virtual que hemos visto en Torremolinos. Sin duda, cualquiera de los asistentes de la feria de aquel año pensaría estar dentro de esa historia si viese alguna de las máquinas expuestas en este 8 Expo Congreso. Pero en Tron no había cañas, chacinas o Playa de la Carihuela, en Torremolinos, sí. No sé ustedes, pero yo estoy deseando de que llegue otra vez septiembre para tener mi dosis de futuro, abrazos y ambiente. Nadie sabe lo que habrá dentro de treinta años, pero de lo que sí estoy seguro es que nos acordaremos de estos momentos viviendo otros iguales o quizás mejores.
Y para recordarlos, disfruten de la segunda de las galerías de fotos:
