«Tenemos que hacer de nuestra marca algo más diferencial con la ayuda de nuestros socios».
Francisco Domínguez es el delegado en Andalucía de Sportium desde junio de 2019. Tuvimos la ocasión de hablar con él durante unos minutos en Torremolinos, cuando aún llevaba poco tiempo en el cargo -aunque no lo pareciese en absoluto-.
Nos sorprende en primer lugar la juventud de Francisco; es probable que ello se deba a que nosotros ya no lo somos tanto. En cualquier caso, no podemos empezar de otra manera que no sea preguntando cómo termina formando parte de la plantilla de Sportium: «Fue por conocidos en la Universidad, que se incorporaron a la misma empresa. Por mis conocimientos de deportes y por mi facilidad en el trato me recomendaron venir a Sportium. Es una empresa que me gusta mucho, el Grupo es como una familia». No es habitual que nos comenten que saber de deportes es un factor positivo. De hecho, creemos que es la primera vez. Por eso seguimos la conversación por ahí: «Es más importante tener la voluntad de vender que saber de deportes, aunque eso siempre ayude. Por ejemplo, ahora estamos intentando reforzar la atención en los puntos de venta. Se trata de ser vendedores, no simplemente de atender. Tenemos que hacer de nuestra marca algo más diferencial con la ayuda de nuestros socios».
Francisco Domínguez se refiere en numerosas ocasiones a Sportium como una gran familia. Si bien es cierto que puede sonar a una expresión prefabricada y vacía de contenido, la verdad es que la trayectoria dentro de la casa de apuestas refuerza el sentido de la frase: «Llevo con Sportium diez años. Como es habitual en Sportium, he pasado por varios puestos, soy de la cantera, como decimos [risas]. Empecé de cajero en Madrid en uno de las tiendas propias de la marca. Los últimos ocho años los pasé en Madrid como responsable de Cuentas. Y ahora estoy aquí en Andalucía, con mucha ilusión, porque tenemos una muy buena posición. Estamos creciendo a un muy buen nivel, tanto en facturación como en puntos de venta. Es un proyecto enorme, la verdad». Un proyecto en el que, a la vista está, él se mueve como pez en el agua.
Incluso él ya conocía la zona donde ahora trabaja: «Estuve viviendo siete años en Málaga y hoy por hoy vivo en Málaga. Ya conocía la ciudad y debo decir que me encanta, con permiso de las otras ciudades [risas]». Además del deporte («del que siempre he hecho mucho seguimiento, aunque ahora por el trabajo cada vez menos»), Francisco Domínguez nos cuenta que le gusta leer y, sobre todo, «viajar. Especialmente a la África subsahariana y a las islas». Por lo exótico del destino, seguimos conversando sobre el tema, pero ya sin grabadora. Y, francamente, esperamos retomar la charla en el punto en el que la dejamos. Qué cortos se nos empiezan a hacer estos eventos.
