Beatriz Mayorga

«Hay gente que se sorprende porque no sabe que esto está controlado, que hay unas normas, un reglamento que hay que cumplir»

Beatriz Mayorga es la compañera y a la sazón hija de Antonio Mayorga (pulse aquí  para leer su entrevista), un conocido gestor especializado en el sector del juego. Lleva relativamente poco tiempo trabajando con él, cuatro años, algo que no nos sorprende porque es una mujer muy joven. Sin embargo, tiene cogido el pulso al sector y tiene las ideas bastante claras.

Su inicio en el sector es bien sencillo: «Un día, con el tema de la crisis y demás, mi padre me dijo “mañana te vienes conmigo”. Y desde entonces [risas]». Admite que no entraba dentro de sus planes trabajar junto a su padre para un sector que desconocía más allá de lo que hubiese hablado con él: «No, no me había planteado trabajar para este sector porque hay pocas mujeres todavía, y la verdad es que nunca me había interesado en serio por lo que hacía mi padre [sonríe]. Ahora ya he visto lo que es». Beatriz ha venido para quedarse, eso sí: «No volvería al turismo, después de cuatro años sin ejercer… sería como volver al principio, empezar de cero. A ver, no es que esto lo tenga controlado, tengo que aprender todos los días, pero por lo menos algo sé, algo tengo. Pero si tuviera que volver volvería, claro». 

Le preguntamos si a ella le gustaría que sus hijos, cuando los tenga, siguiesen sus pasos tal y como ella ha hecho con los de su padre: «No me lo había planteado. Hombre, si ellos pudiesen heredar mis clientes sería algo bueno; para mí, para ellos y para el sector, porque eso significaría que nos ha ido bien a todos [risas]». Si algo tiene claro es que la supervivencia de la industria del ocio es también la suya propia. «Llevo cuatro años y cada día es una mala noticia, una traba más. Claro, hablas con las personas que llevan los salones y la cosa no pinta mejor. Los ayuntamientos además dicen que no van a dar más permisos para nuevas aperturas… [sonríe]».

Beatriz y Antonio Mayorga

Trabajar con su padre le ha ayudado a posicionarse, pero existen otras trabas inherentes a su condición que sólo el tiempo puede eliminar: «Es verdad que mi padre tiene un nombre, es conocido, pero también hay gente que por ser hija de, o por ser chica, no les vale lo que yo les pueda decir, me piden que lo consulte con mi padre. Pero eso no es exclusivo de este sector ni muchísimo menos, pasa en todos lados». Hablamos cómo, poco a poco, todo se irá normalizando con el tiempo. Este es un sector nuevo donde hay todavía mucho por escribir. Esa es una de las razones para que la opinión pública se haya posicionado de la forma en que lo ha hecho con respecto al juego privado. El desconocimiento sólo se combate con información, y para que llegue a todo el mundo hace falta pedagogía y también tiempo. Ella misma nos cuenta que cuando habla con conocidos sobre su profesión la reacción más habitual es la sorpresa: «Hay gente que se sorprende porque no sabe que esto está controlado, que hay unas normas, un reglamento que hay que cumplir». Y nosotros añadimos: fruto de esa actividad reglamentada se generan empleos directos e indirectos, y unos ingresos para las arcas públicas que después revierten en el bien común.

Hablamos con ella de cuestiones no relacionadas con el ámbito laboral. Nos cuenta que le gusta, sobre todo, la música: «Me gusta la música, todo y para todo. Me gusta sobre todo el pop, pero si coges mi lista de reproducción hay de todo. Si tuviese que coger un concierto para ir mañana cogería Ariana Grande».

Nos despedimos entonces de Beatriz Mayorga, el futuro del sector. Porque lo hay.

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